jueves, 6 de diciembre de 2012

Capítulo O1

Cámaras de foto

Yo y mi hermosa obsesión por las cámaras de foto. Ellas son mi vida. Desde que tengo 6 años me encanta sacar fotos, la primera foto que saqué yo es de unas piscinas que había en el lugar de vacaciones donde fuimos con mis padres y unos amigos de ellos. Desde ese momento me encantan las cámaras. Generalmente le saco fotografías a la naturaleza, esa es la única perfección: La naturaleza. No me gusta mucho sacarles fotos a las personas porque siempre hay que sacar 50 fotos para que salgan bien y es aburrido luego tener que elegir la foto que quieres que quede.
Mis padres me compraron una cámara profesional digital a mis 14 años (tengo 16) siempre la tengo conmigo, es parte de mi, sin ella no soy nada. Mi hermano a veces se molesta porque le vivo sacando fotos a cualquier cosa pero siempre término sacándole fotos a él y deja de estar enfadado para sacarme la cámara y ponerse a jugar conmigo. Mi hermano se llama Harry Styles, tiene el pelo enrulado y los ojos celestes.  Él es completamente diferente a mí, mi pelo también es enrulado como el de mi hermano pero es un poco más claro. Mis ojos son marrones oscuros, a mi hermano le encantan porque según él tener los ojos claros implica que todo el mundo te mire a los ojos y eso a veces intimida un poco. Pero aunque trato de explicarle 100 veces que si tienes los ojos oscuros también te miran hacia ellos él no lo quiere aceptar.
Yo soy de esas personas que les encanta estar con sus hermanos, aunque mi hermana a veces es un poquito amargada y no quiere hacer nada. Pero igual trato de animarla a hacer algo los tres juntos. Mis amigas muchas veces vienen a casa pero generalmente nos vemos más tiempo en el colegio.
Aquí me encuentro en el jardín de mi casa sacando fotos al paisaje. Ya le voy sacando fotos a las flores rojas que tiene mi madre en frente a la casa y también le saqué al árbol de flores que tenemos en una esquina junto a un montón de flores más que siempre tiene alguna que otra abeja lo que queda muy bien en las fotos.
-Allis –me voltee y vi a mi hermano llamándome desde la puerta - dice mamá que tienes que aprontar tu valija para el campamento
-Si, ya voy –Es cierto, pasado mañana es el campamento y prefiero ir aprontando las cosas ahora y que mañana solo ponga las cosas que uso todos los días y que no puedo guardar antes de tiempo como el peine o el cepillo de dientes. Entré a mi casa y me dirigí directamente a mi cuarto, estaba todo desordenado, tendría que ordenar un poco esto antes de irme –pensé –tengo demasiado desorden.
Dejé mi cámara arriba de mi escritorio donde tengo la notebook y mi celular y me puse a ordenar un poco mi maleta. Busqué por cielo, mar y tierra los guantes negros que completaban mi disfraz de Halloween, iba a disfrazarme de vampira. Ya tenía los colmillos aunque eran de esos de plástico que te babean horriblemente y por eso no creo que lo valla a usar en el baile de disfraces pero bueno, por las dudas los llevo, también puse mi lápiz labial rojo. Mi madre me prestó un vestido negro de ella que me quedaba por arriba de la rodilla. Y con unas chatitas de mi amiga Daniell completaba mi disfraz. Guardé todo eso y ahora ya no me tengo que preocupar por ello, aunque no he encontrado los guantes negros de mi madre pero ta.
Empecé a guardar todo lo que decía la lista y escribí a un lado de esta los objetos demás que llevaría para no olvidarme de guardarlos, como mi cámara, mi celular y el cargador de ambos. Ya empezaba a aburrirme así que puse el reproductor de música de mi celular y empezó a sonar Hit the lights de Selena Gomez, me encanta esa canción, es una de mis favoritas. Empecé a cantarla, mi voz es horrible, mis amigas me dicen que es hermosa, que tendría que cantar en algún programa como THE X FACTOR pero no quiero cantar en un programa además sé que mi voz es horrible. El único que tiene hermosa voz es mi hermano. Él sí tendría que cantar en THE X FACTOR, estoy más que segura de que ganaría, se lo he dicho millones de veces, pero él tiene razón: cantar en THE X FACTOR implicaría tener que mudarnos a USA y dejar todo aquí en Londres.
Terminé de guardar las cosas en la maleta y la serré sentándome en sima de ella, yo seguía cantando a todo volumen. Cuando me di vuelta vi a mi hermano mirándome apoyado en el marco de la puerta. Me dio tanta vergüenza que me escuchara cantando.
-No sabia que cantabas tan lindo hermanita –Si, claro, ahora de seguro me pedirá algo
-Mmm… ¿Qué quieres? Plata no tengo
-No te iba a pedir nada, solo que te escuché cantar y quise venir a decirte de que cantabas hermoso
-Si claro
-Ok, no me creas, no me importa.
Sabía que él haría algo en este momento así que decidí correrlo y salir corriendo escaleras a bajo. Mamá empezó a gritar que no corriéramos en la escalera ya que Hazza venía corriendo detrás de mí.
                                                          
Ya era hora de dormir, al final Harry me atrapó y me hizo cosquillas, siempre hacíamos lo mismo, corríamos por toda la casa y luego Harry terminaba atrapándome y haciéndome cosquillas. Lo sé, parecíamos niños chicos pero era divertido.
Me estaba preparando para acostarme. Mientras me lavaba los dientes estaba pensando en como sería el campamento. Solo faltaban dos días y estaba totalmente nerviosa, solo una vez fui a un campamento pero fue con la escuela y estoy segura de que este campamento no será nada que ver al campamento de fin de curso del año pasado ya que ni siquiera es la misma escuela.
Me dirigía hacia mi cuarto pero sentí que alguien me llamaba, todavía estaba vestida así que me dirigí al cuarto de mi hermano, que era el que me estaba llamando.
-¿Qué quieres Hazza? –abrí la puerta y vi a mi hermano acostado y estirándose –no forzadamente –para agarrar un vaso de agua que había en el escritorio de su cuarto.
-¿Me alcanzas el vaso?
-¿Es que no te puedes levantar?
-No… -hizo pucheros
-Ok, pero es la última vez que me haces esto
-Si, claro –dijo sarcástico.
Bueno, tal vez no sea la primera vez que yo le digo eso pero es que no me aguanto cuando me hace pucheros es demasiado tierno.
-Gracias. –Ya me estaba yendo pero Harry me gritó – ¡DAME UN BESO!
-Me olvidaba que el bebé no duerme sin un beso –dije riéndome –y eso que soy la menor –susurré para que solo yo pudiera escucharlo pero tenía la intención de que Harry lo escuchara, lo cual funcionó porque algo escuchó ya que me preguntó que había dicho a lo que yo le conteste –Nada, nada, buenas noches
-Igual –me dijo y salí de su cuarto apagando la luz. Caminé tambaleándome y arrastrando los pies hasta mi habitación y me puse la pijama, era un pantalón rojo suelto y una remera blanca que decía en letras rojas y mayúscula I LOVE NEW YORK. Es mi pijama favorito, no lo dejaría por nada.

¡Chicas! muchas gracias por leer mi novela. Las quiero mucho, espero ver comentarios