sábado, 13 de julio de 2013

Capítulo 15: Vampiros



En un tercer sueño algo me despierta, esa maldita alarma que me indica el inicio de mi día. Me levanto como una zombi, con mis ojos cerrados no veo nada, ni siquiera sé por dónde camino. Caminaba arrastrando los pies por la alfombra afelpada hasta que sentí el frio piso de losa en mis pies. Me guie hacia mi placar y saqué lo que me pondría hoy, algo de ropa se calló porque la saqué de golpe pero no tenía ningunas ganas de levantarla, no tengo ganas ni de levantarme yo. Seguí arrastrando los pies caminando hacia mi cama para dejar la ropa pero un paso me salió mal y quedé enganchada en la ropa que había caído haciendo que me tropezara, se sintió un golpe sordo en toda la habitación, fue como cuando pegas una roca con otra con mucha fuerza. Me parecía haberme lastimado pero no sé si fuera posible. Mi muñeca izquierda me dolía igual que la pierna derecha que fue la que me había enredado. De todas maneras me levanté y cojeando camine hacia la ropa tirada en el suelo, ahora estaba más despierta que antes, tal vez necesitaba ese golpe para despertarme. Fui hacia el baño y me lavé la cara, los dientes y pensé en un peinado que quedara bien con mi ropa, me decidí por dejar mi pelo suelto y con mis rulos naturales. Ni siquiera pensé en peinarme, ya hacía bastante que no me peinaba, solo me imaginaba como quería el pelo y así lo dejaba. Me miré el espejo y pestañé unas cinco veces seguidas, mis ojos se veían celestes, ese era mi color de ojos como vampiresa. Me gustaban, me gustaban bastante así que no los cambié, por ahora nunca había tenido ese color de ojos, siempre los cambiaba por mis ojos normales: marrones. O de lo contrario hacía que mis ojos se pusieran verdes.
Después de peinarme fui hacia mi cuarto ahora caminando normal por cualquier inconveniente. Me puse el jean que había elegido y una blusa gris, busqué en mi armario unos All Star gises pero enseguida recordé lo que me había dicho Justin ayer “No son buenos los Converse en la nieve” así que busqué unas botas grises y me las calcé. Luego agarré un abrigo blanco que tenía colgado en el ropero y un gorro gris con un pompón que había dejado arriba de mi cama. (http://www.polyvore.com/allis/set?id=68153791) Guardé el uniforme de gimnasia –mi uniforme –en la mochila, las cuadernolas y los libros ya estaban allí.
-Buenos días –saludaron Josephine y mis hermanos en cuanto bajé.
-Buenos días –contesté -¿Starbucks? –pregunté mirando que hoy también tenían los vasos en su mano.
-Sí –contesto Jose –en la cocina –señaló a su derecha
-Sí, si ¿y Erick? –pregunté
-Dormido –respondió Josephine
-¿No irá al instituto hoy?
-Sí, pero no se ha levantado.
-Yo iré a buscarlo –me ofrecí
-Ok pero no le pegues con un almohadón porque te ira mal –me advirtió la morocha que hoy tenía el pelo recogido en una colita.
-Ok, ¿un vaso de agua? –pregunté
-Tampoco
-¿Y si me tiro enzima?
-Ahí puede ser que no te diga nada, no lo sé, nunca me tiré enzima de él
-Ok, ok o tal vez veamos que hace si me convierto en su amada Dana
-¡Allison! –Gritó Harry –no le hagas eso
-Solo me divierto, además me debe una –aclaré. Dejé mi desayuno en la mesada de nuevo y subí corriendo [Cada vez que diga corriendo va a ser como vampiro excepto que yo lo aclare] hacia la habitación de Erick. Entré sin hacer ruido y me convertí en Dana. Mi voz sonaba igual a la de ella así que era totalmente imposible que supiera que era yo.  Caminé suavemente hacia su cama en la que mi primo estaba totalmente dormido y me acosté al lado de él. Tenía puesto solo su bóxer así que fue un poco vergonzoso, lo abrasé
-Despierta dormilón –dije con voz seductora, la voz de Dana obviamente
-¿Dana? –preguntó aún adormilado pero en cuanto dio vuelta la cara y me vio se calló de la cama por la impresión
-Sí, ¿Quién más? –pregunté
-Allison –contestó –o Josephine aunque no creo que Josephine pensara tanto así que Allison
-Ok, ok si soy yo –confesé riendo
-¿Qué quieres? –preguntó
-Ya es hora de irnos dormilón
-Ok pero ya se tu misma me da cosa estar adelante tuyo estando vos como Dana
-Si yo fuera voz me avergonzaría más por estar en bóxer delante de mi prima y no porque ella sea igual a Dana –Erick no se había dado cuenta de que estaba en bóxer y yo me eché a reír
-¡Ya vete! –Toda la cara se le puso roja –Déjame vestir –pidió avergonzado
-Ok, ok pero no te preocupes –dije levantándome de la cama –soy tu prima no Dana –le informé y luego reí
-¡Allison! –renegó y yo reí aún más fuerte, bajé las escaleras riendo, ya estaba llorando por tanto reírme y hasta me dolía la panza.
-¿Qué pasó? –Preguntó Josephine -¿Dana? –me miró confundida
-No, soy Allison –aclaré
-¡Oh! ¿Lo despertaste? –preguntó entonces
-Sí, ¿no se escucha mi riza? –Pregunté -¿ni los gritos de Erick? ¿Ni tampoco se escuchó cuando se calló de la cama? –reí aún más fuerte
-¿Se calló de la cama? –Jose soltó una carcajada
-Sí. –Contesté recordándolo –Amo este poder –dije asintiendo con la cabeza
-Sí, yo también aunque nunca se me hubiera ocurrido convertirme en Dana
-Sí, Erick me lo dijo. Se dio cuenta de que era yo porque preguntó por Dana y yo le dije ¿Quién más? Y él dijo Josephine o Allison aunque a Josephine –dije imitando su voz –no se le ocurriría esto así que Allison o algo así me dijo –volví a ser como yo.
-Ok, ok ve a desayunar que no nos queda mucho tiempo –miré mi reloj y me di cuenta de que tan solo nos quedaban 15 minutos y tendríamos que salir sino llegaríamos tarde
...
Las clases ya habían acabado, todo fue aburrido como siempre, estaba por salir del colegio –ya que hoy había venido con el auto de mi padre y me iría sola –cuando una mano sujetó mi brazo e hizo que me diera vuelta
-Hola –saludó otra vez el rubio
-Hola –contesté
-Oye… ¿haremos hoy el trabajo? –preguntó Justin
-Si quieres si
-¿Puedes ahora? –preguntó
-Sí, supongo que no habrá problema –contesté pensando en cuales eran las posibilidades de que mi padre me matara por no llegar a tiempo con el auto
-¿Dónde lo aremos?
-No lo sé, ¿en mi casa te parece? –sería mejor en mi casa porque no llegaría tarde con el auto y papá no me mataría
-Claro –sonrió
-¿Tienes tu auto o te llevo? –pregunté
-Tengo mi auto –contestó mostrándome las llaves
-Ok –salimos del colegio por la entrada principal, el auto estaba en el estacionamiento pero me quedaba más cerca salir por aquí, dimos la vuelta al colegio y no hablamos de nada, buscamos nuestros autos y nos subimos. La cola para salir del estacionamiento era enorme, había como 20 autos antes que el mío para salir. Demoraríamos bastante.
-¡Oh vamos! ¿Por qué tanto tránsito? –miré hacia adelante por la ventana, había alguien atravesado en el camino, era un camión ¿Qué hacia un camión atravesado en el paso de un instituto? [http://www.youtube.com/watch?v=kOGBIbqXwYE&list=PLu4brKmj-TA0bUr3np9tFDoF_s1hruWyb&feature=mh_lolz]  Ya me estaba aburriendo así que prendí el estéreo, el auto de mi padre era algo así: http://db2.stb.s-msn.com/i/B2/BAB6E942CEE48EF6D75F635E31D12.jpg AMO este auto, me encanta, papá lo compro en Inglaterra hace un tiempo, básicamente es nuevo, no tiene ni siquiera un año. Yo le puse Losco, no me pregunten por qué porque no tengo idea, simplemente fue el primer nombre que se me ocurrió, creo que lo vi en un cartel de malteada. Aunque la música estaba bastante bien ya me había aburrido y se me ocurrió leer la mente de Justin, no sería muy oportuno pero lo intentaría. -¡NO! ¡Allison no! ¡No le leas la mente! –Sí, léela, léesela, ¿Qué puede hacer? Ni siquiera sabe que leerás su mente, ¡Vamos, hazlo! –mi mente tenía una guerra con su parte traviesa y su parte buena, era un versus. Mente buena vs Mente traviesa. ¿Quién ganaría? Generalmente gana la traviesa pero esta vez aré una excepción y dejaré que mi parte inocente salga a la luz. Me puse a cantar Diamond, amo esa canción. Los coches ya se estaban moviendo –ya era hora –pensé. Salimos muy despacio del estacionamiento ya que todos iban relativamente despacio, cuando por fin pudimos salir tuvimos que ir despacio también porque el auto de adelante realmente iba lento, parecía que una tortuga lo conducía o por lo menos así andaba: como tortuga, dos por hora. Yo seguía cantando las canciones que pasaban en la radio. Todavía tenía la curiosidad de saber que estaba pensando Justin aunque no quería leer su mente, desde que tengo este poder me estoy descontrolando bastante en el hecho de entrometerme en la vida de los demás, es decir, no es que me entrometa pero debe ser horrible que se metan en tu mente y vean lo que piensas. No entiendo por qué le dicen leer si realmente lo que haces es “ver” lo que la otra persona está pensando y otras veces lo escuchamos y nada más. El auto de adelante estaba doblando y cuando fui a acelerar pensé en que Justin tal vez no lo haría así que preferí llamarlo
-¿Hola? –preguntó Justin
-Hola Justin ¿Qué te parece si vamos… más rápido?
-¿Cómo a cuánto? –Preguntó –vas como tortuga
-¡No es mi culpa! –Me defendí –había un auto delante de mí, pero yo no manejo así –me quejé
-¿A no? ¿Y cómo manejas?
-No te va a gustar saberlo –le advertí
-Uy Chica mala
-Ya verás
*Corté*
Aceleré al máximo y el auto salió a la normalidad con la que lo conducen todos los días. Sentí como el auto de Justin también aceleraba y miré por el retrovisor, ahí estaba él había acelerado lo mismo que yo, luego aceleró un poco más y llegó hasta al lado de mi auto por donde está la ventana del copiloto, lo miré y él me miró sonriendo yo hice lo mismo. Bajé el vidrio y le grité -¿Ahora piensas que conduzco despacio?
-No –gritó bajando su vidrio
-Ya se –lo interrumpí –conduces como una loca –imité su voz
-No iba a decir eso, iba a decir que me gusta como conduces. –me alagó –Y ¡Oye! ¡Así no es mi voz! –Se quejó y yo reí a carcajadas y aceleré aún más repasándolo, una vez más quedó atrás y aceleró de nuevo para dar con el vidrio del copiloto de nuevo -¿Quieres carrera? –me desafió
-Si sabes perder si –acepté
-¿Perder contra una chica? Ni lo sueñes –rio –mejor tú no llores después
-Ya veremos quien llora –lo desafié ahora yo y aceleré al máximo, él hizo lo mismo pero mi auto era más rápido, tal vez quería dejarme ganar o tal vez no quería subir al máximo la velocidad y la segunda opción me llevo a preguntarme si alguna vez habría tenido un accidente.
Las cosas afuera se veían perfectamente a mi vista pero a la vista de un humano se verían borrosas, excepto claro que tuviera una muy buena vista o que esté acostumbrado a esto. En unos minutos llegamos a casa, obviamente yo fui la que ganó, cerré la puerta del auto y me senté en la caja para esperar a que Justin frenara, no lo había dejado muy atrás, solo habían sido unos centímetros pero yo no me di cuenta de que había corrido, sí, como vampiro hasta la cajuela y me había sentado allí, solo espero que Justin no lo haya visto.
-¿Cómo llegaste tan rápido? –preguntó desconcertado
-Losco es bastante rápido –dije entrando al auto ahora para apagar el estéreo [corten la música]
-¿Losco? –preguntó siguiéndome hacia el coche
-Sí, así le puse al auto de papá –señalé el auto y Justin soltó una carcajada ahogada
-No me refería a como llegaste en el auto hasta aquí, eso sí lo vi, -empecé a temblar –me refería a ¿Cómo llegaste tan rápido a sentarte en la cajuela si yo estaba a unos pocos centímetros de ti?
-Emm… -ya estaba temblando más de lo normal y no era por frio ya que no lo sentía, era por miedo, estaba metida en un gran lio –emm… yo, corro rápido –inventé
-Ajam  -Justin me miró frunciendo el ceño desconcertado –no me conformaré con eso
-Lo sé –admití saliendo de contra el auto y por error apoyé todo el peso de mi cuerpo en la mano izquierda, desde hoy me dolía, hoy no le había preguntado al abuelo que me pasaba pero creo que ahora si podía. –No te prometo nada pero algún día te contaré –le hice saber
-Esto parece crepúsculo –rio pero yo al contrario me puse tensa – ¿Cómo llegó Edward hasta el auto de Bella si estaba tan lejos?
-Esto es lo contrario –comenté yo para desviarlo
-Sí, pero es maso menos igual, ¿Cómo llegó Allison tan rápido hacia su cajuela? –preguntó haciendo la imitación de la película
-Claro emm… -mascullé incomoda –mejor entremos –le propuse forzando una sonrisa
-Sí, claro –acepto
Entramos a la casa y en ella ya estaban los chicos, Erick y Sabrina jugaban en el sillón, Erick le hacía cosquillas y ella trataba de librarse, Josephine y Gemma comían en la cocina unos sándwich de no-se-qué. En cuanto a Harry, pues, él estaba cantando en su cuarto, yo lo escuchaba y supongo que los demás también, estaba con su guitarra.
-¿Vamos a mi cuarto? –Le ofrecí –es más tranquilo para estudiar –dije rápido, se ve que nadie había notado nuestra presencia pues nadie volteo a saludar, aunque no me esperaba de Erick que saludara ya que no le caía bien Justin pero al menos mi hermana, mis primas pero nadie se dispuso a saludar. Subimos a mi habitación y dejamos las mochilas al lado de mi cama –Bueno lo primero que tendríamos que hacer es elegir que vamos a hacer
-¿Qué te parece vampiros? –Preguntó y yo me tensé, mis ojos se abrieron como platos y Justin los miró muy detenidamente –se me ocurrió ya que estábamos hablando de crepúsculo –me hizo tranquilizarme aunque no mucho, me acomodé sentándome sobre mis piernas corridas hacia la derecha de mí y me apoyé en mi mano izquierda. Una vez más sentí un horrible dolor en ella y esta vez no pude evitar gemir de dolor y hacer una mueca. – ¿Qué sucede? –preguntó Justin y yo levanté suavemente mi mano del piso
-Me duele la muñeca, hoy me caí en mi cuarto y… me duele
-¿Desde hoy?
-Sí
-¿Tienes un abuelo doctor y no le dijiste? –preguntó casi riendo
-No, es que no estaba, ya se había ido a trabajar –hizo una mueca
-¿Ahora está en casa?
-Sí
-Pues ve a preguntarle qué te pasa, y mientras tanto piensa en si quieres vampiros
-Sí, hagamos vampiros –respondí sin pensarlo dos veces
-Ok, entonces mientras tú vas yo leo algo –hizo una morisqueta como de “no quiero”
-Vale –acepté y me levanté del piso, fui hacia el dormitorio del abuelo y golpee pero nadie me atendió, luego bajé y fui hacia su oficina, siempre suele estar ahí cuando no está en el trabajo, en la cocina o en su cuarto.
-Adelante –digieren desde adentro y giré la perilla con la mano derecha -¡Oh! Eres tu –me sonrió
-Sí. –Sonreí –Abuelo, hoy de mañana me caí y me dio un dolor en la pierna derecha y en la muñeca derecha pero la de la pierna no duró y la muñeca me sigue doliendo hasta ahora
-Veamos qué te pasa –subió una ceja, se levantó de la silla y se acercó a mí que estaba parada en frente de su escritorio –umm… -murmuró tocando mi muñeca –si, como supuse, tienes la muñeca rota
-¿¡Qué!? –grité asustada, nunca en mi vida me había quebrado
-Sí, pero no te preocupes, solo es cuestión de un yeso y listo
-Pero abuelo no puedo irme –supliqué –Justin está aquí para hacer una tarea
-No te preocupes, podemos ir y venir en unos segundos –me recordó
-¿No es un poco… riesgoso? –pregunté
-Maso menos pero es mejor correr ese riesgo a que tú te quedes con la mano quebrada
-Tienes razón –admití – ¿vamos entonces?
-Si –el abuelo salió corriendo de la habitación y yo salí detrás de él. Llegamos en unos 20 segundos al hospital donde trabaja Charlie (mi abuelo) y antes de entrar paramos de correr y caminamos normal. Fuimos hacia la oficina del abuelo donde tenía todo para poder enyesarme y así lo hizo, con velocidad de vampiro para que pudiéramos llegar antes. Enseguida de que terminó salimos de allí caminando y nos dirigimos hacia el bosque, allí era más seguro correr como vampiro. Corrimos hacia nuestra casa y en cuanto llegamos yo subí las escaleras aun corriendo, me paré de lleno en frente de la puerta de mi habitación y la abrí suavemente, me percaté de que Justin giró la cabeza de inmediato y yo le sonreí tímidamente.
-¿Brazo enyesado? –Preguntó mirando el yeso en mi brazo -¿Cómo fue tan rápido?
-El abuelo tenía el yeso aquí y me lo colocó –mentí –seca rápido –añadí para aliviar su vista
-Bueno… -frunció el ceño confundido –creo que ya tengo por donde podríamos empezar
-Dime –me senté en frente de él y todos los libros
-Pues, mira, sería mejor empezar por sus características
-Hay muchos tipos de vampiros –aclaré, pensé en sacar el libro que me dio papá pero después lo pensé dos veces y no lo saqué
-¿Ya has leído sobre ellos? –preguntó intrigado
-Pues… digamos que hace un mes tenía una cierta… obsesión por ellos
-¿Pero…?
-Pero –asentí –algo cambió en mí y ya no es lo mismo –miré al suelo
-Ok, oye –dijo levantándome el mentón con dos de sus dedos -¿tus ojos no eran verdes ayer? –preguntó mirando mis ojos detenidamente una vez más
-Sí, ya te explique…
-Sí, si cambio de clima –dijo haciendo un gesto con la mano, su voz sonaba como si fuera algo que repetía siempre
-¿No me crees cierto? –pregunté
-No, nadita –admitió y me tensé una vez más
-Creo que… -apreté los labios y busqué una tangente por donde escapar –debemos de empezar ya –Justin sacó su mano de mi mentón y agarró su lápiz
-Ok, entonces… ¿en qué íbamos? –preguntó
-En características
-¡Ah sí!, bueno aquí dice… Piel pálida y fría –me miró y una vez más me estremecí, solo esperaba que no descubriera lo que en verdad yo era.
-¿Quieres que yo escriba? ¿O que yo lea? –le pregunté antes de que empezará a escribir y miró mi mano enyesada
-Tranquilo –reí –soy diestra no surda –sonreí
-Ok, si quieres –me dio su lápiz
-Prefiero lapicera –admití y saqué una de mi cartuchera
-Vale, piel pálida…
-Y fría, lo sé –escribí
-Cambio de color… de… ojos… -me miró de nuevo y yo lo miré también, una vez más miraba mis ojos, sentí como el estómago se me encogía hasta hacerse diminuto y suspiré
-Sí, que más –traté de distraerlo y escribí
-Velo…ci…dad –tartamudeo
-¿Si? –dije para que continuara y seguí escribiendo

-Espera –me detuvo y lo miré fijamente sin ninguna expresión en la cara

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