miércoles, 28 de agosto de 2013

Capítulo 16: The True Story



-¿Que sucede? –pregunté inocente
-Ahora entiendo, ya sea como cambiaste y por qué ya no te gustan los vampiros
-¿Ah sí? –lo reté
-Entiendo tu cambio de ojos constante
-Ya te dije que…
-Y por qué llegaste tan rápido a la cajuela –me interrumpió e hizo como si yo no hubiera dicho nada
-¿Y que más entiendes? –pregunté enojada, ya me había enojado en serio, mis ojos se estaban poniendo rojos, lo sentía
-Tu piel tan pálida y fría, no lo noté el primer día que te vi porque estabas con Josephine y ella es igual de pálida que tu pero hoy cuando te toqué me di cuenta de que eras demasiado pálida para ser una humana
-¿Y no te da miedo lo que pueda ser? –pregunté fría y seca mis ojos ya se habían vuelto rojos y en cuanto miré a Justin a los ojos este se sobresaltó
-No –aseguró –no me das miedo
-¿A no? ¿Estás seguro?
-Sí
-¿Aun sabiendo lo que soy confías en mí? –pregunté
-Emm… -dudó –si
-Vamos Bieber, ¿Cómo puedes confiar en alguien que acabas de conocer y todavía que es un bicho extraño?
-Para mí no lo eres –respondió sincero
-¿En serio?
-Si –ok, eso sí me había llegado. Un chico que acababa de conocer me decía que no creía que yo era un bicho raro, igual tenía otra pregunta
-Un bicho raro no, ok ¿un chupasangre?
-No
-Eso si soy –admití –si no bebo sangre ¿Qué crees que bebemos?
-Sí, bueno, no me refería a eso necesariamente –me aclaró –tus estas diciéndome que eres un monstruo y yo te estoy diciendo que no te veo como tal
-¿Y cómo me vez? –el enojo se me había ido y con él mis ojos rojos, ahora estaban celestes como antes.
-Como una chica normal –me levante del suelo pero a velocidad de vampiro fui a la misma velocidad hacia la ventana.
-Wow –reaccionó Justin –nunca pensé que… -aparecí sentada al lado de él y se sobresaltó –deja de hacer eso –me pidió
-Ok –reí –no puedo contenerme, es aburrido estar caminando como humano, es como si caminara como tortuga
-No entiendo –admitió negando con la cabeza
Suspiré –Párate –le ordené y él lo hizo –ahora camina lento, muy lento –Justin se puso a caminar lento –y así –acentué el así –es como me siento yo al caminar como humano
-Que pedante
-Sí, lo sé –reí
-¿Quién más de aquí es un… vampiro?
-Pues, todos menos mi hermana mayor y Sabrina, mi hermana es semi-vampiro, todavía no se ha terminado de transformar.
-¿Cuándo se transforman?
-Generalmente a los 16 años
-¿Tienes poderes? –y ahí me di cuenta de que esto iba a ser un cuestionario como los de CSI.
-Sí, por eso es que puedo cambiar mi color de ojos, si no los tuviera solo los pondría cambiar a rojos cuando me enojo o tengo hambre –me miró confundido – ¿cuándo tengo ganas de sangre? –pregunté para que se diera cuenta y el solo emitió un débil aja –y también puedo hacer esto –lo miré y me convertí en él
-¡Wow! –Esta vez creo que su impresión fue máxima –eres…
-Igual a ti, lo sé –reí, mi voz sonaba como la de él
-Sí, ahora si es mi voz –asintió y me hizo recordar lo de hoy cuando imite su voz
-Vuelve a ser tu misma, me impresiona –yo reí y volví a ser yo misma
-¿Cómo fue que te convertiste? –preguntó curioso, la verdad nunca me puse a pensar en como pero tenía algunas pautas de cómo había pasado. No creo que sean muy buenas pero creo que es hora de contar la verdadera historia.
-Hace unas semanas estaba en el campamento de fin de año escolar y mis poderes entraron a despertarse. Bueno, en realidad solamente el poder de cambiar. Mis ojos empezaron a cambiar de color solos, al principio se volvieron de este celeste –me señalé los ojos –pero luego se volvieron de otros colores y empecé a asustarme.
<<En el penúltimo día de campamento me empezó a doler demasiado la cabeza, mis ojos seguían cambiando pero el dolor de cabeza era lo que más me asustaba, era como si alguien estuviera clavándote algo en ella. Realmente eran unas puntadas muy dolorosas, no era como cualquier otro dolor de cabeza. Mi ex novio que en ese momento era mi novio se dio cuenta de lo que me estaba pasando y le dijo a mi hermano. Harry me llevó con el animador de mi grupo y le dijo que yo tenía una enfermedad y se habían olvidado de mis medicamentos. Harry le propuso al animador llamar a mis padres y que nos vinieran a buscar y el animador aceptó. Un rato después mi hermana me vino a buscar en su auto –Justin me miraba bastante interesado –Oye espera, ¿quieres ir a fuera mejor? –propuse
-¿A dónde?
-Conozco un lugar donde no hace tanto frio
-Ok, vamos –Justin tomó su abrigo y se lo colocó, caminó hacia la puerta pero yo lo detuve
-No querrás ir caminando ¿no?
-¿Y cómo quieres ir? –preguntó dudando de su respuesta anterior
-Pues… -mire la ventana
-Olvídalo –me advirtió
-Ok, vamos caminando –me rendí. Salimos por la puerta de mi habitación y bajamos las escaleras, Erick me miró frunciendo el ceño y yo me tensé un poco, creo que sería mejor decirles a todos que Justin ya lo sabía después de que él se fuera.
Guie a Justin hacia un lugar que había descubierto cuando fui a cazar con papá. Era un prado de flores amarillas y blancas, las flores aun estando nevando se mantenían intactas. El pasto seguía tan verde como supongo que es en verano y tenía una vista hacia una cascada que caía hacia un claro. Llegamos en unas dos horas.
-¿No pudiste elegir un lugar más lejos no? –preguntó Justin
-Hubiéramos llegado antes si hubieras confiado un poco más en mí –aclaré
-No es que no confíe en ti, es que… creo que…
-No confías mucho en mí
-No, no es eso –insistió
-Ya déjalo –reí –eres un porfiado
-Maso menos, bueno sigue contándome –dijo sentándose en las flores al lado de mi
-Pues, bueno, quedé inconsciente en el viaje de vuelta a mi casa. Dormí todo un día y cuando me desperté ya estaba convertida.
-¿Tanto duele? –preguntó
-Sí, demasiado, no le desearía ese dolor ni a mi peor enemigo –Justin suspiró y nos quedamos sentados en el prado sin decir nada durante unos segundos.
-¿Tienes algún otro poder? –me tiré al suelo y él hizo lo mismo
-Sí, puedo leer la mente
-¿Puedes leer la mía? –preguntó mirándome ahora yo volteé mi cabeza hacia donde él se encontraba y lo miré
-Sí
-¿Cuántas veces has leído mi mente? –preguntó nervioso
-Pues… nunca, no he querido –admití –no me gusta meterme en la mente de las personas como si nada, supongo que si otra persona leyera mi mente a mí no me gustaría así que simplemente no lo hago
Nos quedamos un buen rato allí pensando y sin hablar de nada, el único ruido que se escuchaba era el agua caer en cascada. Este lugar me hacía acordarme a mis sueños. Ya había soñado con este lugar pero no recuerdo nada más que el lugar, no recuerdo con quien estaba ni cuando lo soñé, solo recuerdo haber soñado con este lugar.
-Allison, tengo algo que preguntarte
-Dime
-¿Por qué me odias? –preguntó serio
-Yo no te odio –reí –o bueno, no te odio tanto. No sé, es que tú me haces odiarte, -confesé –todo lo que haces, todo lo que eres –dije irritada
-Lo siento, de verdad no es…
-¡Y todo lo que causas en mi por ser así! –Lo interrumpí –y… y tu sangre me llama a gritos y yo trato de no escucharla pero es que tú haces que valla a ti –serré los ojos mientras seguía hablando y explicándole por qué era que lo odiaba tanto y a su vez confesando que no lo odiaba, en verdad lo amaba. ¿Qué acabo de decir? ¿Lo amo? No sé ni lo que siento pero creo que este sentimiento se puede parecer más a amor que a odio. –lo que tendría que ser al revés porque… soy yo la que tiene esa belleza que atrae a su presa
-Tienes toda esa belleza –confesó y luego se sonrojó
-Pero tu aun así la tienes más, eres como un ángel en mi obscuro infierno –confesé tímida y me sonrojé –eres… todo –concluí
-¿Qué haces para ponerme así? –preguntó levantándose y poniéndose frente a frente conmigo que estaba tirada aún en el piso
-¿Qué haces tú? –pregunté inocente, parecía más una nenita desprotegida pidiendo que su papi la saque de aquí que una chica indestructible como lo que se supone que soy, que nada puede afectarme. Justin se fue acercando poco a poco hacia mí y yo empecé a ponerme nerviosa. No podía hacer esto ¿es que no había oído que le dije que quería matarlo? –Justin –lo detuve a pocos centímetros de mi –no puedo –apreté los ojos con fuerza
-¿Por qué? –preguntó sin moverse de donde estaba
-No quiero hacerte daño –solté sin previo aviso
-No creo que lo hagas –concluyó y siguió en su plan de besarme pero lo detuve una vez más.
-Justin en serio –ya estaba hablando en susurros ya que era en baño hablar alto porque estaba básicamente a 3 centímetros de mi –no provoques algo que ni yo pueda parar –le pedí
-Está bien pero no me quedaré con las ganas –me advirtió
Ni yo –pensé
-¿Volvemos? A tu paso creo que llegaremos al anochecer –exclame mirando el cielo
-Quiero quedarme un poco más. Y si… vamos a tu… paso…
-Llegaremos en unos segundos –aclaré
-¿Cómo me llevarías? –preguntó casi riendo
-Pues, de la mano supongo –abrí los ojos en una expresión de obviedad
-Está bien –aceptó. Lo agarré de la mano y lo llevé a velocidad vampírica hacia mi casa, supongo que ni se dio cuenta de cuando llegamos porque seguía sujetando mi mano con fuerza y con los ojos cerrados. La verdad era que se sentía bastante bien estar de su mano, realmente no sé qué me pasa con Justin.

-Justin, ya llegamos –le avisé y el abrió los ojos para encontrarse con los míos y una sonrisa de mi parte.


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sábado, 13 de julio de 2013

Capítulo 15: Vampiros



En un tercer sueño algo me despierta, esa maldita alarma que me indica el inicio de mi día. Me levanto como una zombi, con mis ojos cerrados no veo nada, ni siquiera sé por dónde camino. Caminaba arrastrando los pies por la alfombra afelpada hasta que sentí el frio piso de losa en mis pies. Me guie hacia mi placar y saqué lo que me pondría hoy, algo de ropa se calló porque la saqué de golpe pero no tenía ningunas ganas de levantarla, no tengo ganas ni de levantarme yo. Seguí arrastrando los pies caminando hacia mi cama para dejar la ropa pero un paso me salió mal y quedé enganchada en la ropa que había caído haciendo que me tropezara, se sintió un golpe sordo en toda la habitación, fue como cuando pegas una roca con otra con mucha fuerza. Me parecía haberme lastimado pero no sé si fuera posible. Mi muñeca izquierda me dolía igual que la pierna derecha que fue la que me había enredado. De todas maneras me levanté y cojeando camine hacia la ropa tirada en el suelo, ahora estaba más despierta que antes, tal vez necesitaba ese golpe para despertarme. Fui hacia el baño y me lavé la cara, los dientes y pensé en un peinado que quedara bien con mi ropa, me decidí por dejar mi pelo suelto y con mis rulos naturales. Ni siquiera pensé en peinarme, ya hacía bastante que no me peinaba, solo me imaginaba como quería el pelo y así lo dejaba. Me miré el espejo y pestañé unas cinco veces seguidas, mis ojos se veían celestes, ese era mi color de ojos como vampiresa. Me gustaban, me gustaban bastante así que no los cambié, por ahora nunca había tenido ese color de ojos, siempre los cambiaba por mis ojos normales: marrones. O de lo contrario hacía que mis ojos se pusieran verdes.
Después de peinarme fui hacia mi cuarto ahora caminando normal por cualquier inconveniente. Me puse el jean que había elegido y una blusa gris, busqué en mi armario unos All Star gises pero enseguida recordé lo que me había dicho Justin ayer “No son buenos los Converse en la nieve” así que busqué unas botas grises y me las calcé. Luego agarré un abrigo blanco que tenía colgado en el ropero y un gorro gris con un pompón que había dejado arriba de mi cama. (http://www.polyvore.com/allis/set?id=68153791) Guardé el uniforme de gimnasia –mi uniforme –en la mochila, las cuadernolas y los libros ya estaban allí.
-Buenos días –saludaron Josephine y mis hermanos en cuanto bajé.
-Buenos días –contesté -¿Starbucks? –pregunté mirando que hoy también tenían los vasos en su mano.
-Sí –contesto Jose –en la cocina –señaló a su derecha
-Sí, si ¿y Erick? –pregunté
-Dormido –respondió Josephine
-¿No irá al instituto hoy?
-Sí, pero no se ha levantado.
-Yo iré a buscarlo –me ofrecí
-Ok pero no le pegues con un almohadón porque te ira mal –me advirtió la morocha que hoy tenía el pelo recogido en una colita.
-Ok, ¿un vaso de agua? –pregunté
-Tampoco
-¿Y si me tiro enzima?
-Ahí puede ser que no te diga nada, no lo sé, nunca me tiré enzima de él
-Ok, ok o tal vez veamos que hace si me convierto en su amada Dana
-¡Allison! –Gritó Harry –no le hagas eso
-Solo me divierto, además me debe una –aclaré. Dejé mi desayuno en la mesada de nuevo y subí corriendo [Cada vez que diga corriendo va a ser como vampiro excepto que yo lo aclare] hacia la habitación de Erick. Entré sin hacer ruido y me convertí en Dana. Mi voz sonaba igual a la de ella así que era totalmente imposible que supiera que era yo.  Caminé suavemente hacia su cama en la que mi primo estaba totalmente dormido y me acosté al lado de él. Tenía puesto solo su bóxer así que fue un poco vergonzoso, lo abrasé
-Despierta dormilón –dije con voz seductora, la voz de Dana obviamente
-¿Dana? –preguntó aún adormilado pero en cuanto dio vuelta la cara y me vio se calló de la cama por la impresión
-Sí, ¿Quién más? –pregunté
-Allison –contestó –o Josephine aunque no creo que Josephine pensara tanto así que Allison
-Ok, ok si soy yo –confesé riendo
-¿Qué quieres? –preguntó
-Ya es hora de irnos dormilón
-Ok pero ya se tu misma me da cosa estar adelante tuyo estando vos como Dana
-Si yo fuera voz me avergonzaría más por estar en bóxer delante de mi prima y no porque ella sea igual a Dana –Erick no se había dado cuenta de que estaba en bóxer y yo me eché a reír
-¡Ya vete! –Toda la cara se le puso roja –Déjame vestir –pidió avergonzado
-Ok, ok pero no te preocupes –dije levantándome de la cama –soy tu prima no Dana –le informé y luego reí
-¡Allison! –renegó y yo reí aún más fuerte, bajé las escaleras riendo, ya estaba llorando por tanto reírme y hasta me dolía la panza.
-¿Qué pasó? –Preguntó Josephine -¿Dana? –me miró confundida
-No, soy Allison –aclaré
-¡Oh! ¿Lo despertaste? –preguntó entonces
-Sí, ¿no se escucha mi riza? –Pregunté -¿ni los gritos de Erick? ¿Ni tampoco se escuchó cuando se calló de la cama? –reí aún más fuerte
-¿Se calló de la cama? –Jose soltó una carcajada
-Sí. –Contesté recordándolo –Amo este poder –dije asintiendo con la cabeza
-Sí, yo también aunque nunca se me hubiera ocurrido convertirme en Dana
-Sí, Erick me lo dijo. Se dio cuenta de que era yo porque preguntó por Dana y yo le dije ¿Quién más? Y él dijo Josephine o Allison aunque a Josephine –dije imitando su voz –no se le ocurriría esto así que Allison o algo así me dijo –volví a ser como yo.
-Ok, ok ve a desayunar que no nos queda mucho tiempo –miré mi reloj y me di cuenta de que tan solo nos quedaban 15 minutos y tendríamos que salir sino llegaríamos tarde
...
Las clases ya habían acabado, todo fue aburrido como siempre, estaba por salir del colegio –ya que hoy había venido con el auto de mi padre y me iría sola –cuando una mano sujetó mi brazo e hizo que me diera vuelta
-Hola –saludó otra vez el rubio
-Hola –contesté
-Oye… ¿haremos hoy el trabajo? –preguntó Justin
-Si quieres si
-¿Puedes ahora? –preguntó
-Sí, supongo que no habrá problema –contesté pensando en cuales eran las posibilidades de que mi padre me matara por no llegar a tiempo con el auto
-¿Dónde lo aremos?
-No lo sé, ¿en mi casa te parece? –sería mejor en mi casa porque no llegaría tarde con el auto y papá no me mataría
-Claro –sonrió
-¿Tienes tu auto o te llevo? –pregunté
-Tengo mi auto –contestó mostrándome las llaves
-Ok –salimos del colegio por la entrada principal, el auto estaba en el estacionamiento pero me quedaba más cerca salir por aquí, dimos la vuelta al colegio y no hablamos de nada, buscamos nuestros autos y nos subimos. La cola para salir del estacionamiento era enorme, había como 20 autos antes que el mío para salir. Demoraríamos bastante.
-¡Oh vamos! ¿Por qué tanto tránsito? –miré hacia adelante por la ventana, había alguien atravesado en el camino, era un camión ¿Qué hacia un camión atravesado en el paso de un instituto? [http://www.youtube.com/watch?v=kOGBIbqXwYE&list=PLu4brKmj-TA0bUr3np9tFDoF_s1hruWyb&feature=mh_lolz]  Ya me estaba aburriendo así que prendí el estéreo, el auto de mi padre era algo así: http://db2.stb.s-msn.com/i/B2/BAB6E942CEE48EF6D75F635E31D12.jpg AMO este auto, me encanta, papá lo compro en Inglaterra hace un tiempo, básicamente es nuevo, no tiene ni siquiera un año. Yo le puse Losco, no me pregunten por qué porque no tengo idea, simplemente fue el primer nombre que se me ocurrió, creo que lo vi en un cartel de malteada. Aunque la música estaba bastante bien ya me había aburrido y se me ocurrió leer la mente de Justin, no sería muy oportuno pero lo intentaría. -¡NO! ¡Allison no! ¡No le leas la mente! –Sí, léela, léesela, ¿Qué puede hacer? Ni siquiera sabe que leerás su mente, ¡Vamos, hazlo! –mi mente tenía una guerra con su parte traviesa y su parte buena, era un versus. Mente buena vs Mente traviesa. ¿Quién ganaría? Generalmente gana la traviesa pero esta vez aré una excepción y dejaré que mi parte inocente salga a la luz. Me puse a cantar Diamond, amo esa canción. Los coches ya se estaban moviendo –ya era hora –pensé. Salimos muy despacio del estacionamiento ya que todos iban relativamente despacio, cuando por fin pudimos salir tuvimos que ir despacio también porque el auto de adelante realmente iba lento, parecía que una tortuga lo conducía o por lo menos así andaba: como tortuga, dos por hora. Yo seguía cantando las canciones que pasaban en la radio. Todavía tenía la curiosidad de saber que estaba pensando Justin aunque no quería leer su mente, desde que tengo este poder me estoy descontrolando bastante en el hecho de entrometerme en la vida de los demás, es decir, no es que me entrometa pero debe ser horrible que se metan en tu mente y vean lo que piensas. No entiendo por qué le dicen leer si realmente lo que haces es “ver” lo que la otra persona está pensando y otras veces lo escuchamos y nada más. El auto de adelante estaba doblando y cuando fui a acelerar pensé en que Justin tal vez no lo haría así que preferí llamarlo
-¿Hola? –preguntó Justin
-Hola Justin ¿Qué te parece si vamos… más rápido?
-¿Cómo a cuánto? –Preguntó –vas como tortuga
-¡No es mi culpa! –Me defendí –había un auto delante de mí, pero yo no manejo así –me quejé
-¿A no? ¿Y cómo manejas?
-No te va a gustar saberlo –le advertí
-Uy Chica mala
-Ya verás
*Corté*
Aceleré al máximo y el auto salió a la normalidad con la que lo conducen todos los días. Sentí como el auto de Justin también aceleraba y miré por el retrovisor, ahí estaba él había acelerado lo mismo que yo, luego aceleró un poco más y llegó hasta al lado de mi auto por donde está la ventana del copiloto, lo miré y él me miró sonriendo yo hice lo mismo. Bajé el vidrio y le grité -¿Ahora piensas que conduzco despacio?
-No –gritó bajando su vidrio
-Ya se –lo interrumpí –conduces como una loca –imité su voz
-No iba a decir eso, iba a decir que me gusta como conduces. –me alagó –Y ¡Oye! ¡Así no es mi voz! –Se quejó y yo reí a carcajadas y aceleré aún más repasándolo, una vez más quedó atrás y aceleró de nuevo para dar con el vidrio del copiloto de nuevo -¿Quieres carrera? –me desafió
-Si sabes perder si –acepté
-¿Perder contra una chica? Ni lo sueñes –rio –mejor tú no llores después
-Ya veremos quien llora –lo desafié ahora yo y aceleré al máximo, él hizo lo mismo pero mi auto era más rápido, tal vez quería dejarme ganar o tal vez no quería subir al máximo la velocidad y la segunda opción me llevo a preguntarme si alguna vez habría tenido un accidente.
Las cosas afuera se veían perfectamente a mi vista pero a la vista de un humano se verían borrosas, excepto claro que tuviera una muy buena vista o que esté acostumbrado a esto. En unos minutos llegamos a casa, obviamente yo fui la que ganó, cerré la puerta del auto y me senté en la caja para esperar a que Justin frenara, no lo había dejado muy atrás, solo habían sido unos centímetros pero yo no me di cuenta de que había corrido, sí, como vampiro hasta la cajuela y me había sentado allí, solo espero que Justin no lo haya visto.
-¿Cómo llegaste tan rápido? –preguntó desconcertado
-Losco es bastante rápido –dije entrando al auto ahora para apagar el estéreo [corten la música]
-¿Losco? –preguntó siguiéndome hacia el coche
-Sí, así le puse al auto de papá –señalé el auto y Justin soltó una carcajada ahogada
-No me refería a como llegaste en el auto hasta aquí, eso sí lo vi, -empecé a temblar –me refería a ¿Cómo llegaste tan rápido a sentarte en la cajuela si yo estaba a unos pocos centímetros de ti?
-Emm… -ya estaba temblando más de lo normal y no era por frio ya que no lo sentía, era por miedo, estaba metida en un gran lio –emm… yo, corro rápido –inventé
-Ajam  -Justin me miró frunciendo el ceño desconcertado –no me conformaré con eso
-Lo sé –admití saliendo de contra el auto y por error apoyé todo el peso de mi cuerpo en la mano izquierda, desde hoy me dolía, hoy no le había preguntado al abuelo que me pasaba pero creo que ahora si podía. –No te prometo nada pero algún día te contaré –le hice saber
-Esto parece crepúsculo –rio pero yo al contrario me puse tensa – ¿Cómo llegó Edward hasta el auto de Bella si estaba tan lejos?
-Esto es lo contrario –comenté yo para desviarlo
-Sí, pero es maso menos igual, ¿Cómo llegó Allison tan rápido hacia su cajuela? –preguntó haciendo la imitación de la película
-Claro emm… -mascullé incomoda –mejor entremos –le propuse forzando una sonrisa
-Sí, claro –acepto
Entramos a la casa y en ella ya estaban los chicos, Erick y Sabrina jugaban en el sillón, Erick le hacía cosquillas y ella trataba de librarse, Josephine y Gemma comían en la cocina unos sándwich de no-se-qué. En cuanto a Harry, pues, él estaba cantando en su cuarto, yo lo escuchaba y supongo que los demás también, estaba con su guitarra.
-¿Vamos a mi cuarto? –Le ofrecí –es más tranquilo para estudiar –dije rápido, se ve que nadie había notado nuestra presencia pues nadie volteo a saludar, aunque no me esperaba de Erick que saludara ya que no le caía bien Justin pero al menos mi hermana, mis primas pero nadie se dispuso a saludar. Subimos a mi habitación y dejamos las mochilas al lado de mi cama –Bueno lo primero que tendríamos que hacer es elegir que vamos a hacer
-¿Qué te parece vampiros? –Preguntó y yo me tensé, mis ojos se abrieron como platos y Justin los miró muy detenidamente –se me ocurrió ya que estábamos hablando de crepúsculo –me hizo tranquilizarme aunque no mucho, me acomodé sentándome sobre mis piernas corridas hacia la derecha de mí y me apoyé en mi mano izquierda. Una vez más sentí un horrible dolor en ella y esta vez no pude evitar gemir de dolor y hacer una mueca. – ¿Qué sucede? –preguntó Justin y yo levanté suavemente mi mano del piso
-Me duele la muñeca, hoy me caí en mi cuarto y… me duele
-¿Desde hoy?
-Sí
-¿Tienes un abuelo doctor y no le dijiste? –preguntó casi riendo
-No, es que no estaba, ya se había ido a trabajar –hizo una mueca
-¿Ahora está en casa?
-Sí
-Pues ve a preguntarle qué te pasa, y mientras tanto piensa en si quieres vampiros
-Sí, hagamos vampiros –respondí sin pensarlo dos veces
-Ok, entonces mientras tú vas yo leo algo –hizo una morisqueta como de “no quiero”
-Vale –acepté y me levanté del piso, fui hacia el dormitorio del abuelo y golpee pero nadie me atendió, luego bajé y fui hacia su oficina, siempre suele estar ahí cuando no está en el trabajo, en la cocina o en su cuarto.
-Adelante –digieren desde adentro y giré la perilla con la mano derecha -¡Oh! Eres tu –me sonrió
-Sí. –Sonreí –Abuelo, hoy de mañana me caí y me dio un dolor en la pierna derecha y en la muñeca derecha pero la de la pierna no duró y la muñeca me sigue doliendo hasta ahora
-Veamos qué te pasa –subió una ceja, se levantó de la silla y se acercó a mí que estaba parada en frente de su escritorio –umm… -murmuró tocando mi muñeca –si, como supuse, tienes la muñeca rota
-¿¡Qué!? –grité asustada, nunca en mi vida me había quebrado
-Sí, pero no te preocupes, solo es cuestión de un yeso y listo
-Pero abuelo no puedo irme –supliqué –Justin está aquí para hacer una tarea
-No te preocupes, podemos ir y venir en unos segundos –me recordó
-¿No es un poco… riesgoso? –pregunté
-Maso menos pero es mejor correr ese riesgo a que tú te quedes con la mano quebrada
-Tienes razón –admití – ¿vamos entonces?
-Si –el abuelo salió corriendo de la habitación y yo salí detrás de él. Llegamos en unos 20 segundos al hospital donde trabaja Charlie (mi abuelo) y antes de entrar paramos de correr y caminamos normal. Fuimos hacia la oficina del abuelo donde tenía todo para poder enyesarme y así lo hizo, con velocidad de vampiro para que pudiéramos llegar antes. Enseguida de que terminó salimos de allí caminando y nos dirigimos hacia el bosque, allí era más seguro correr como vampiro. Corrimos hacia nuestra casa y en cuanto llegamos yo subí las escaleras aun corriendo, me paré de lleno en frente de la puerta de mi habitación y la abrí suavemente, me percaté de que Justin giró la cabeza de inmediato y yo le sonreí tímidamente.
-¿Brazo enyesado? –Preguntó mirando el yeso en mi brazo -¿Cómo fue tan rápido?
-El abuelo tenía el yeso aquí y me lo colocó –mentí –seca rápido –añadí para aliviar su vista
-Bueno… -frunció el ceño confundido –creo que ya tengo por donde podríamos empezar
-Dime –me senté en frente de él y todos los libros
-Pues, mira, sería mejor empezar por sus características
-Hay muchos tipos de vampiros –aclaré, pensé en sacar el libro que me dio papá pero después lo pensé dos veces y no lo saqué
-¿Ya has leído sobre ellos? –preguntó intrigado
-Pues… digamos que hace un mes tenía una cierta… obsesión por ellos
-¿Pero…?
-Pero –asentí –algo cambió en mí y ya no es lo mismo –miré al suelo
-Ok, oye –dijo levantándome el mentón con dos de sus dedos -¿tus ojos no eran verdes ayer? –preguntó mirando mis ojos detenidamente una vez más
-Sí, ya te explique…
-Sí, si cambio de clima –dijo haciendo un gesto con la mano, su voz sonaba como si fuera algo que repetía siempre
-¿No me crees cierto? –pregunté
-No, nadita –admitió y me tensé una vez más
-Creo que… -apreté los labios y busqué una tangente por donde escapar –debemos de empezar ya –Justin sacó su mano de mi mentón y agarró su lápiz
-Ok, entonces… ¿en qué íbamos? –preguntó
-En características
-¡Ah sí!, bueno aquí dice… Piel pálida y fría –me miró y una vez más me estremecí, solo esperaba que no descubriera lo que en verdad yo era.
-¿Quieres que yo escriba? ¿O que yo lea? –le pregunté antes de que empezará a escribir y miró mi mano enyesada
-Tranquilo –reí –soy diestra no surda –sonreí
-Ok, si quieres –me dio su lápiz
-Prefiero lapicera –admití y saqué una de mi cartuchera
-Vale, piel pálida…
-Y fría, lo sé –escribí
-Cambio de color… de… ojos… -me miró de nuevo y yo lo miré también, una vez más miraba mis ojos, sentí como el estómago se me encogía hasta hacerse diminuto y suspiré
-Sí, que más –traté de distraerlo y escribí
-Velo…ci…dad –tartamudeo
-¿Si? –dije para que continuara y seguí escribiendo

-Espera –me detuvo y lo miré fijamente sin ninguna expresión en la cara

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jueves, 6 de junio de 2013

LALALALA

YYYY..... dije tres capítulos pero se los dejo por ahí porque el otro capitulo HJHGSHAGDHAGSDHAGHDAD AME hacer el otro capítulo y espero que lo disfruten pero..... esperen por él shjdajsh Soy Cruella de Vill y me aman hdajshdas :)


Las amo♥

Capítulo 14: No son buenos los Converse en la nieve



-No… no importa –tartamudee –adiós –sonreí, me acomodé en mí y abrí más la puerta para que los dos pudiéramos pasar por esta, él se quedó afuera y se hizo a un lado para que yo pasara y así fue. Caminé directo hacia el auto de Gemma y me quedé recostada en él, me quedé mirando mis manos con los auriculares puestos hasta que Gemma llegó con las llaves y todos nos fuimos a casa. Cuando llegamos cada uno se fue a su habitación sin decir nada, cuando entré en mi habitación me tiré en la cama y me quedé ahí por unos minutos. Estaba tan cansada que me quedé dormida pero alguien entró a mi habitación y me despertó.
-¡Alli, Alli, Alli, despierta! –Escuché decir a Sabri - ¡Tienes que llevarme a la casa de Jazzy! ¡Lo prometiste! –me informó. Lo había olvidado por completo. Pensé que en este día no me encontraría más con Bieber pero creo que me equivoqué, ahora solo me quedaba rezar porque él no estuviera en su casa. Aunque era algo no inesperado que no estuviera, con este clima sería de locos salir con amigos o algo así.
-Ya voy –dije dándome vuelta y tratando de abrir los ojos, cuando los abrí vi a Sabrina donde debería estar el techo. Fue raro pero es que Sabrina estaba arrodillada en mi cama y su cabeza tapaba todo lo que podía ver.
-¿Me llevarás verdad? –preguntó e hizo que sus ojos verdes brillaran más de lo que ya brillaran
-Sí, te llevaré pero déjame ducharme y cambiarme
-¡Claro! –Sonrió y se puso a saltar – ¿Puedo escuchar música? –pregunto mirando mi reproductor de CD
-Claro, ¿te lo prendo o sabes? –entrecerré los ojos como mirándola desafiante
-Préndelo –me pidió con carita de angelito y yo fui hacia el reproductor y lo prendí, estaban dando Firework de Katy Perry y Sabris se puso a cantarla y a bailar, de verdad cantaba bien, supongo que era uno de los dones de la familia ya que la mayoría cantamos bien. Busqué la ropa que me iba a poner y me fui a duchar, Sabri se quedó cantando y bailando cada canción que pasaban en la radio, yo por mi cuenta me metí a duchar tranquilamente. Cuando salí me puse lo que había buscado, un pantalón negro ajustado, una remera del mismo color con la bandera de Inglaterra que me había comprado cuando fuimos con Dani y Elee al mall el año pasado. Como las extrañaba.  Bueno volviendo a la realidad, me puse mis Converse rojos y salí del baño. Allí todavía estaba mi prima jugando con un peluchito que yo tenía arriba de la cama. Es imposible no tener ese osito conmigo, lo tengo desde que tengo memoria y lo amo, es mi vida. Busqué en mi joyero las pulseras de Inglaterra y la de plata que decía LOVE que me había regalado Harry hace dos años. Me puse un collar que tenía unos lentes y un mostacho que amaba y por último me tomé mi chaqueta negra con la gorra afelpadita. (http://www.polyvore.com/new_england_all_star/set?id=66648972).
-Oye papá –lo llamé mientras bajaba las escaleras con Sabri de la mano
-¿Sí? –preguntó papá dándose vuelta para mirarme
-¿Me prestas tu auto para llevar a Sabrina a casa de una amiga?
-Ok pero ten cuidado, no conoces la ciudad y…
-Papá, ya sé cómo ir y venir, no voy a ir a otro lado
-Bueno, solo te decía –se excusó y me estiró la mano con las llaves, yo las tomé y me fui a agarrar la chaqueta de Sabrina que estaba colgada en el perchero. Ella llevaba puestos unos jeans claros con una blusa de manga larga rosada y unas botitas afelpadas blancas igual que su chaqueta. Traía su pelo recogido en dos colitas lo que la hacía ver más tierna de lo que ya era.
-¿Vamos? –pregunté a Sabri cuando terminé de abrocharle los botones de su chaqueta.
-Vamos –se puso la gorra y yo hice lo mismo, las dos teníamos la gorra de la campera con el borde afelpado y eso hacía que estuviéramos más calentitas aunque yo no sintiera el frío Sabrina si lo sentía, ella aún era humana. Caminamos casi corrimos hacia la cochera, cuando llegamos esta se abrió y yo le saqué la alarma al coche de papá, Sabrina entró corriendo dentro de él y yo entré en el asiento del conductor. Ya tenía licencia así que lo único que me faltaba para poder manejar era un automóvil pero siempre tenía el de Gemma, Harry o el de papá. Mamá no tenía auto, no le gusta manejar así que todos en la familia tienen menos mamá y yo. Saqué el auto del garaje y me puse a conducir hacia la casa de Justin, el camino estaba resbaladizo pero por suerte ya estábamos prevenidos, todos habían cambiado las llantas un día antes porque Harry había visto que iba a nevar –vio el futuro -. El camino me pareció más corto que ayer aún, ¿por qué cuando no quieres llegar a un lado el camino se te hace más corto? ¡Es injusto! Tardé unos segundos en salir pero Sabri me apuró, no podía hacer que Sabrina pagara por lo que yo no quería hacer. Así que me apuré y saqué a Sabrina del auto porque decía que no podía caminar. La cargué y fuimos hasta la puerta, toqué timbre y Justin salió con Jaxon en brazos, se veía tan tierno.
-Allison, que sorpresa.
-Le prometí a Jazzy que hoy traería a Sabrina –le informé y él me dedico una sonrisa, no sé por qué pero cada vez que hacia un gesto bueno me hacía odiarlo cada vez más.
-Ven, pasa –abrió más la puerta y se hizo a un lado. –Hola Sabris –saludo a mi primita con un beso
-Hola Justin –saludo Sabri con una sonrisa enorme -¿Dónde está Jazzy?
-Está en la cocina, ve con ella si quieres –le dijo sonriendo y ella se bajó de mis brazos, se sacó la campera, me la dio y salió corriendo hacia la cocina
-¡Alli! –gritó Jaxon quien acababa de despertar de los brazos de Justin, ¿informé que estaba dormido?
-Hola hermoso –sonreí y él se tiró hacia mí para que lo agarrara, Justin se acercó y me lo dio -¿Cómo estás?
-Bien ¿trajiste a Sabrina? –me preguntó parpadeando repetidas veces
-Sí –reí –esta con Jazzy
-Él es mi hermano, el que te dije que le robaba las novias –me informó señalando a Justin
-¡Jaxon! –lo retó
-Ajam, lo conozco –sonreí mirando a Justin quien seguía mirándonos con cara de “voy a matarte” –Me voy, les dejo a Sabri, cualquier cosa llamen –le informé a Justin y le entregué a Jaxon
-¡Espera! –Justin me detuvo agarrándome del brazo
-¿Qué? –pregunté
-No tengo tu número
-Cierto –cerré los ojos y luego los abrí, lo miré y sus ojos se encontraron con los míos –es… es 095548047 -tartamudeé
-Ok, listo –dijo agentándolo en su teléfono como Allison
-Adiós –dije dándome vuelta pero una vez más Justin me detuvo
-Una pregunta ¿usas lentes de contacto?
-No –dije con voz de ¿por qué me preguntas eso? Y él me miró a los ojos de nuevo y sentí como algo dentro de mí desfallecía.
-Hoy tenías los ojos marrones y ahora son… verdes
-Es… -cerré los ojos y di vuelta 90 grados mi cara –Es el cambio de clima
-Hoy en literatura estaba igual que ahora –insistió
-Sí pero se ve que demoraron en cambiar –insistí, se notó que no quedó muy conforme, tan solo espero que no investigue o tal vez podría llegar a la conclusión de lo que soy y eso me asusta bastante.
-Te acompaño hasta afuera –dijo amable y dejó a Jaxon en el sillón donde ahora se encontraba Sabri
-Claro –respondí sonriendo un poco forzadamente pero al final la sonrisa salió y no fue nada falsa. Justin se puso su chaqueta negra y salimos de la casa, recorrimos el camino que ayer estaba rodeado de flores que ahora estaba lleno de nieve hablando
-¿Cuándo haremos el trabajo para Sefin? –literatura pensé
-Amm… no lo sé, que te parece –me puse a pensar y pisé mal y me resbalé, Justin me agarró justo antes de que callera pero él terminó resbalándose también y yo caí arriba de él. –Lo siento –reí  y él rio conmigo
-¿Sabes que no son buenos los Converse en la nieve? –preguntó riendo y mirando mis Converse
-No son buenos los Converse en la nieve, anotado en mi lista de advertencias –bromee y Justin soltó una leve carcajada, aún seguíamos tirado en el piso
-Estas muy fría –dijo tocando mi mano -¿no quieres quedarte un rato más?
-No, estoy bien gracias
-¿Segura? Parece que a Jaxon le caes muy bien y si Jazzy te pidió por favor que le trajeras hoy a Sabri es que también le caíste bien
-¿Y a ti? –le pregunté
-¿A mí?
-Sí, ¿te caigo bien? –pregunté tímida
-En esta posición tengo que admitir que si –bromeo y yo me sonrojé
-¡Oh, lo siento! –me disculpé de nuevo e intenté levantarme pero fue en vano porque Justin me agarró de la mano y me resbalé de nuevo hacia él
-No era para que salieras de arriba mío –me quedé seria, Justin se iba acercando de apoco hacia mí, su mirada pasaba desde mis ojos hasta mi boca pero yo no podía permitir que me besara ¿Qué tal si eso hacía que lo mordiera? No quería lastimarlo pero lo deseaba tanto que me hacía odiarlo. Lo deseaba más que a mi vida.
-Justin –dije incomoda y tartamudeando
-¿Si? –dijo él a pocos centímetros de mi
-Estamos tirados en la nieve que por cierto esta helada –le informé
-Ah sí –dijo él y yo intenté pararme otra vez, esta vez Justin no jaló de mi mano pero aun así no la soltó –Y… ¿te quedas o no?
-Está bien –me rendí –pero solo unos minutos
-¿Pueden ser unas horas? –hizo pucheros
-Estas abusando –le informé
-Mmm… -se puso pensativo -¡Por favor! –pidió como un niño luego
-Está bien –solté una leve carcajada –pero pocas, tengo que hacer la tarea
-Ok –dijo con cara de quien ganó el mayor premio del mundo. Justin aún no soltaba mi mano pero tampoco me importaba mucho, se me hacia cómodo estar de su mano.
-Oye al final ¿Cuándo haremos el trabajo de literatura?
-Emm… ¿Qué…? –Se interrumpió –mejor vamos a dentro y te lo digo porque tal vez nos resbalemos de nuevo si lo pronunciamos afuera en la nieve –bromeo y yo me largué a reír
-¿Ya puedes decirme cuándo? –pregunté  cuando ya estábamos dentro de la casa
-Sí, ¿Qué te parece mañana?
-Iba a proponerte lo mismo, ¿Cuándo era que había que entregarlo?
-El viernes, -me recordó – tenemos bastante tiempo pero prefiero sacármelo de encima.
-Tienes razón –concordé –es mejor sacárselo antes, yo ya tengo como 5 deberes
-Buen primer día de clases –me dijo riendo
-Sí, no es mucho pero… -mascullé
-¿No es mucho? ¿Cuántos…? -no terminó su pregunta – ¿Dónde vivías antes?
-En Londres –contesté
-Con razón –miró mi remera – ¿extrañas?
-Sí, bastante
-Yo he ido unas cuantas veces a dar conciertos
-¿Conciertos? –Lo miré extrañada –no sabía que era cantante  -su cara pasó de feliz a sorprendida y a su vez en sus ojos se denotaba felicidad ¿será que le alegra que yo no supiera que era cantante?
-Sí, bueno, soy Justin Bieber ¿no te suena?
-No –contesté un poco apenada
-Bueno, supongo que no todo el mundo me conoce, pero mejor así –sonrió y otra vez me sentí desfallecer ¡¿Qué era esta sensación por Dios?!
-Espera un segundo –saque mi teléfono del bolsillo y busqué el reproductor de música, lo accioné y busqué en donde dice “artistas” el nombre Justin, me apareció Justin Timberlake y… ¿Justin Bieber?  Mi cara se transformó en cara de sorpresa en seguida ¿Cómo no me había dado cuenta antes? Él era mi ídolo antes de convertirme y olvidar muchas cosas importantes. Como a él.
-¿Qué sucede? –preguntó Justin preocupado al ver mi reacción
-Emm… es que… tengo más de 150 canciones tuyas –puse algunas –hasta en concierto –lo miré y luego miré mi celular, tenía una canción que decía “Boyfriend Acoustic Live”
-Tu no… ¿no era que no sabías de mí? –preguntó de repente Justin sin terminar su frase anterior
-Es que de verdad no sé quién eres, verás, tuve una… -tenía que inventar algo rápido –amnesia temporal y olvidé algunas cosas de mi vida y supongo que esta también –dije con voz apenada, en verdad en esto de actuar a los vampiros se les daba bien.
-Me gusta más que no lo sepas –sonrió y yo levanté la cabeza para mirarlo a los ojos pero enseguida tuve que bajarla porque Sabrina cinchaba de mi pantalón ya que era a lo único que llegaba
-¡Alli! –gritó con voz chillona entonces
-¿Qué sucede Sabri?
-Es que quiero irme, no me siento bien –una lagrima resbaló de su mejilla.
-Está bien, ¿Qué te duele?
-La panza –se quejó y detrás de ella sentí un ruido, ahí venía Jazzy agarrándose la pansa también
-¿Qué sucede Jazzy? –preguntó Justin cargándola
-Me duele la pansa, –dijo con voz de adolorida –comí mucho –Justin me miró y yo hice lo mismo
-¿Dulces? –preguntamos Justin y yo al mismo tiempo y luego reímos
-Sí –contestaron las dos pequeñas
-Jazzy sabes que no puedes comer muchos dulces –dijo Justin abrasándola más fuerte
-Sí, pero queríamos comer dulces –se excusó
-Sabri tú también lo sabes, creo haber escuchado muy bien ayer que Jesica decía que no podías comer muchos dulces –la miré seria y ella se echó a llorar en mi hombro
-Me duele –sollozaba –me duele mucho –tragó saliva –llévame a casa –lloró más y la cargué
-Está bien pero déjame ponerte la campera –le pedí yendo hacia el perchero donde estaba su campera, la mía la traía puesta aún
-¿Ya se van? –preguntó Justin haciéndose el triste
-Sí, creo que será mejor que la lleve a casa –contesté un poco preocupada
-Acuéstame en el sillón –le pidió Jazzy a Justin
-Hay Jazzy –se quejó Justin llevándola al sillón –Dime ¿qué le diré a papá cuando te vea así? –le pregunto a su hermana y esta se encogió de hombros
-Soy chiquita arréglalo tú –masculló Jazzy y yo me eché a reír, tenía razón, era chiquita pero para lo que le convenía
-Sí y no son chiquitas para comer muchos dulces ¿no?
-Así es –informó Sabri y nosotros reímos
-Ya vamos a ver que dice tu madre de esto –le hice saber a Sabrina
-No le digas ¡Por favor! –pidió casi rogando
-Está bien pero me gustaría saber cómo ocultar que estas muriendo de dolor de panza
-No lo sé, soy chiquita arréglalo tú –repitió lo que dijo Jazzy
-Chiquita sí, pero el problema es tuyo no mío –me defendí yo
-Inteligente –me alagó Justin –debí de haberle contestado eso ¿Cómo no se me ocurrió antes? –yo me encogí de hombros. Todavía estaba tratando de ponerle la campera a Sabrina pero no podía, era prácticamente imposible con una mano y menos que ella no ayudaba en nada y no quería bajarse así que no podía ponerle la campera. -¿Te ayudo? –preguntó Justin cuando me vio en mi último intento de colocarle la campera a Sabrina
-Por favor –pedí y él vino hacia mí y me estiró una mano para que le diera la campera, yo se la entregué y él le colocó la campera a mi primita que acababa de quedarse dormida en mis brazos ¿ahora como haría para llevarla sin que se hiciera algún tipo de daño en el auto? Los cinturones sirven pero no son los mejores amigos cuando estas durmiéndote.
-Sabri –trate de despertarla pero no pude, la pequeña había caído en un sueño profundo -¡genial! –mascullé
-¿Quieres que las lleve? –preguntó Justin
-No, no es necesario
-No, enserio, yo las llevo –insistió, suspiré y miré a Sabri que estaba totalmente dormida, tal vez despertarla no era la mejor idea porque le iba seguir doliendo la pancita y si dormía tal vez se le pasaba, solía funcionar conmigo.
-Está bien, no quiero despertarla pero –me apresuré a decir -¿con quién se quedan Jazzy y Jaxon?
-Papá está en su cuarto –me avisó –espérame aquí –lo vi subir las escaleras de dos en dos y luego desapareció de mi vista. Seguramente iba a llamar a su padre aunque francamente no creo que sería buena idea para Jazzy quien estaba retorciéndose en el sillón a punto de quedar dormida
-Jazzy, ¿quieres una leche o algo de eso? –le pregunté antes de que se durmiera
-No, comí suficiente por hoy –me respondió y luego callo dormida como mi prima.
-Jazzy ya… -empezó a decir Justin pero yo lo calle
-¡¡Shhh!! Recién se durmió –lo interrumpí
-Ha, ok ¿vamos?
-Vamos
Salimos y el frio hizo que Sabrina me apretara más fuerte el cuello, no podía decir que no podía respirar porque no tenía tanta fuerza, además los vampiros podemos dejar de respirar sin que nos pase nada pero Sabri había apretado bastante fuerte mi cuello y me había dolido un poco
-Va a ahorcarme un día de estos –me quejé riendo
-Mi hermana hace lo mismo –dio vuelta los ojos –Y Jaxon igual, es salir afuera y se sujetan como si fuéramos a dejarlos caer
-Sí, pero creo que es más por el frio que por otra cosa –le informé mi pensamiento
-Sí, yo pensaba lo mismo hasta que en pleno verano saqué a Jaxon afuera mientras él dormía y me apretó tanto que casi me ahorca –Justin sacó la lengua e hizo que sus ojos quedaran en blanco haciéndose el que moría y yo reí
En el viaje no hablamos casi nada, Justin nos llevó y luego de dejar a Sabrina en su cama yo fui a llevarlo a él ahora. Cuando llegué de nuevo –y esta vez definitivamente –a casa me tiré en el sofá al lado de Erick quien me miró con mala cara y luego siguió mirando su película de acción.
-¿Qué te sucede? –pregunté extrañada por la manera en la que me había mirado, yo no había hecho nada
-Nada –contestó seco y frio
-Se nota –dije sarcásticamente y callamos por algunos minutos pero yo otra vez volví a preguntar – ¿Me puedes decir qué carajo te pasa? –pregunté perdiendo la paciencia
-No me agrada Bieber –respondió seco otra vez
-Yo no tengo la culpa –le informe y me levante del sillón –y si tienes algún problema con él no te las agarres conmigo, es cosa tuya y de él no mía. –lo logró, me puso de mal humor. Si hay una cosa que no soporto es cuando las personas tienen un problema con otras y si tú haces algo con esa otra persona con la que tienen problemas se enojan contigo ¿Qué carajo tengo que ver yo con que no le agrade Justin? Como le dije sus problemas son suyos no míos. Me fui a mi cuarto y cerré la puerta de golpe, no pretendía que se golpeara pero con el mal humor que ahora tenía era casi imposible que no sucediera eso. Fui hacia mi ordenador y lo prendí, entré a mi sesión poniendo la contraseña y entré a Facebook, Twitter, Tumbrl, MSN y Skype. En Facebook tenía 20 notificaciones de mis amigas en mayoría, muchas eran publicaciones que decían “te extrañamos, conéctate” y muchas otras eran de “a tal persona le gusta tu foto” y eso. Cerré Facebook, abrí Twitter y escribí:
¿Por qué las personas se pelean y se las agarran con los otros? Es completamente inútil.
Y luego escribí otro Twitt:
¡Los extraño chicos! Espero que nos podamos ver pronto. Los amo♥
Y los etiqueté con el @___________. Luego cerré Twitter y seguí revisando mis otras cuentas. No había nadie en Skype y en MSN lo único que logré ver era que tenía 5 mensajes en la bandeja de entrada así que los fui abriendo uno a uno. El primero decía:
Allis:
Aller llegué y me enteré de que te habías mudado, no puedo creer que no me hallas avisado. Te extraño mucho amiga espero que no te hayas olvidado de mí y que vengas a visitarme de vez en cuando.
                                                                                  Con cariño: Daniell
¡Me había olvidado de decirles a las chicas que me mudaría! ¿Cómo pude olvidarme de eso? Realmente me había empezado a sentir mal, las necesitaba, la única amiga que tenía acá era Josephine y Caitlin y ni siquiera tenía el número de Caitlin y como recién nos conocíamos no le tenía la suficiente confianza como para contarle de mis problemas. No es así como yo empiezo una amistad que espero que dure, Caitlin parece una chica bastante amable y creo que fue la única que se atrevió a hablarme después de saber que era una Donson.
Miré el reloj de la computadora y marcaba las 19:30 PM ¿tanto había tardado? Decidí apagar la computadora y ponerme a hacer mi tarea, tenía bastantes deberes para hacer y creo que no serían tan rápidos aunque gracias a mi enorme vida social en este país tenía bastante tiempo para realizarlas todas y corregirlas y si quería también pasarlas en blanco aunque no haría tanto trabajo. Saqué mis cuadernolas de Historia, Geografía, Informática y Química y me puse a hacer las tareas. Para historia tenía que estudiar así que no me molesté en abrir la cuadernola, para geografía tenía que calcar un mapa de Canadá con cursos de agua, para informática una redacción de cómo se organizan las computadoras y en química tenía que hacer un pre-informe de laboratorio.
Ya eran las 10:30 PM cuando terminé de hacer mis tareas y estudiar para historia. Me había cansado bastante por hoy y necesitaba una buena comida porque mi estómago crujía y crujía sin parar. La mano me dolía de tanto escribir y la cabeza de tanto esforzarla, creo que fue demasiado estudio por hoy.
-Oye –sentí una voz que me llamaba cuando iba entrando a la cocina pero no me voltee porque sabía quién era –Allison –me llamó de nuevo el rubio –Perdón –pidió al ver que yo no iba a responderle –no quise agarrármelas contigo pero es que ese Bieber me pone de un muy mal humor, no puedo evitarlo y no quiero pelearme contigo porque hace unos dos días que nos conocemos –aclaró –y no quiero que nos peleemos –su tono era bastante sincero y me di vuelta para mirarlo, estaba apoyado en el marco de la puerta con su cabeza en su brazo izquierdo, yo por mi cuenta estaba preparándome un sándwich de lionesa y queso.
-Está bien –lo perdoné –pero no vuelvas a  meterme en tus problemas –le advertí seria y él sonrió y vino a abrasarme –No seas cargoso –me quejé riendo
-No puedo –se limitó a decir riendo
-Eres un pesado –Erick podía ser lo más irresponsable, rompe huevos, gruñón y malo que una persona podía ver si se lo proponía pero también es la persona más tierna cuando quiere.
-Ya lo sé
-Y aun así no entiendo como no tienes novia –negué con la cabeza –Dana no sabe lo que se pierde –reí
-Es cierto, no sabe lo que se pierde –creo que hice que su ego subiera del límite, solo espero que no dure jajajaja.
Después de comer mi sándwich me quede un rato con Erick viendo una película y cuando terminó a eso de las once de la noche me fui a dormir. Estaba muy cansada, me cambié y me tiré en mi cama, a los pocos minutos me había dormido.

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Capítulo 13: Snow



-Hola, ¿Cómo estas Justin? –traté de sonreír pero el olor de su sangre no me permitía ni abrir la boca
-Bien ¿y tú?
-Genial –suspiré mientras lo decía. El profesor siguió dando su clase y yo trataba de prestar atención pero de verdad que no podía lo peor era que mañana también tendría que lidiar con esto y no estaba segura de poder aguantar ni siquiera hoy, tan solo espero que esta sea la única clase donde me lo tope.
El timbre sonó y yo agarré enseguida mi mochila y mi chaqueta que me la había sacado porque había empezado a hacer calor. El profesor nos había mandado hacer una redacción de la organización de las computadoras para pasado mañana. No era muy larga así que la podría hacer hoy cuando llegara a casa.
-¿Cómo ha ido tu primer día? –preguntó un chico viniendo desde mi espalda
-¡Me asustaste!
-Lo siento, no fue mi intención –rio -¿o tal vez si?
-¡Erick! –Rezongué y en cuanto pronuncié su nombre todo el mundo volteo a vernos, era como si fuéramos un imán -¿Qué? ¿Acaso eres el único Erick que existe aquí? –le susurré
-¿Tu qué crees? –preguntó mirando hacia delante. Miré hacia mi izquierda donde estaban algunos chicos mirándonos pasar
-¿Serán novios? –escuché murmurar a una chica
-Por favor, es Erick Donson –murmuró la que estaba con ella y entonces Erick pasó un brazo por mi hombro
-¿Qué haces? –le pregunté sonriendo
-Hago que se callen –rio y me dio un beso en la cabeza, muchos de los presentes soltaron un leve “Aah” de impresión y algunos solo voltearon a cuchichear con sus amigos.
-Esto solo hace que hablen más –le saqué la mano de mi hombro
-Eres mi prima, me da igual
-A mí no Donson –lo rezongué
-Te quiero loca psicópata
-Hoy no he intentado matar a nadie –me defendí
-¿A no? ¿Justin salió vivo de Informática? – ¿Cómo supo eso? Yo no le había dicho que estaba en informática con Justin y mucho menos que estaba en el mismo escritorio que él
-¿Cómo sabes que…?
-Tu papel –señaló mis horarios –dice informática a primera hora y Justin –señaló al casillero que estaba ¿al lado del mío? ¡Oh no puede ser! ¿¡Por qué a mí!? –Tiene informática a primera hora, lo dice su horario –mire hacia la puerta del casillero que estaba abierta y definitivamente en su horario que estaba colgado en esta decía Informática y luego… ¿química? Bajé mi mirada hacia mi horario doblando para que vayamos hasta mi casillero, para mi suerte –o no –yo tenía historia. Abrí mi casillero con la clave que tenía en el papel y Erick se apoyó en el casillero de al lado al mío –el que no era de Justin –y siguió hablando de no sé qué cosa.
-¿Sabes que no estoy escuchándote verdad? –pregunté negando con la cabeza y frunciendo el seño
-Me lo supuse, pero de todas maneras no tenías que hacerlo, estaba contándote que pasó con la chica que te había dicho hoy
-¡Ah sí! ¿La que ni siquiera sé el nombre?
-Sí, se llama Dana
-¿Dana? Lindo nombre –sonreí
-Si –suspiró y miró hacia delante con ojos soñadores
-Estás enamorado –me burlé
-No, claro que no
-Sí claro, espera sentado a que me lo crea
-¡Allison! –renegó pero ya era tarde, me había puesto a cantarle “Erick está enamorado, a Erick le gusta Dana” repetidas veces
-¡Allison ya cállate! –se sonrojó
-Jajaja te sonrojaste –reí
-¡Maldita sea Allison! Si Dana te escucha te mato
-Mira como tiemblo –hice que temblaba y también pucheros –no serías capaz de hacerme nada, me amas –dije acentuando las dos últimas palabras y parpadeando rápido
-Este es tu fin, -declaró –disfruta tu día porque será el último –me apuntó con el dedo
-Sí, claro –reí, el timbre sonó y me di cuenta de que habíamos estado caminando hacia la clase donde es historia.
-Bueno, aquí es tu clase, me voy o el señor Finigan se enojará conmigo –hizo una mueca y  luego rio –hasta hoy de noche cuando te mate primita –besó mi frente
Entré a clases y encontré a la profesora sentada mirando sus manos entrelazadas arriba del escritorio esperando a que todos lleguen.
-Profesora –dije en una voz suave, no es mi fuerte hablar con personas mayores
-¿Sí? –Levantó la vista y yo le entregué el papel de asistencia -¡Oh! La chica nueva –dijo sonriéndome, tomó su bolígrafo y firmó el papel –Bienvenida, supongo que no quieres presentaciones
-Si es posible ahorrarlas mejor
-Ok, siéntate allí –señaló un asiento al lado de la ventana al final de la clase. Yo sin decir nada me fui a sentar en el lugar que me había indicado la profesora. Cuando todos llegaron la profesora se puso a pasar la lista, al final de ella dijo – ¿Donson? –y un clima de tensión se creó en el ambiente ¿Qué creían que eran los Donson?
-Presente –dije y todos voltearon a verme como si estuviera coreográficamente planeado
-¿Beadles?
-Presente –dijo una chica jadeando que acababa de entrar a la clase
-Llega tarde señorita Beadles
-Lo siento es que tuve problemas en la carretera
-¿Problemas?  -preguntó la profesora
-Está nevando –aclaró la castaña que acababa de entrar y todos miramos hacia afuera, una vez más sentí una mirada clavada en mí, unos tacones se asomaban y luego sentí que alguien se sentaba al lado mío. Automáticamente casi por un instinto miré quien se había sentado junto a mí, era la chica que acababa de entrar. Ahora que la veía bien vi que era bastante bonita, debía de ser porrista o algo de eso –si es que aquí habían –sus ojos eran verdes y su pelo lacio y castaño caía largo hasta su cintura. Traía puestos unos jeans oscuros una blusa violeta y unos tacones del mismo color. Detrás de ella había una chaqueta negra que acababa de dejar. –Hola –saludó sonriéndome, se notaba que no sabía que yo era una Donson porque si no estoy segura de que no hubiera saludado.
-Hola –sonreí – ¿Cómo te llamas?
-Caitlin Beadles ¿y tú?
-Allison –dudé en decirle mi apellido –Donson
-¿Donson? –tragó grueso
-Sí, Donson
-Pensé que los Donson solo… -hice un gesto para que continuara –solo… se llevaban entre ellos
-Emm… es… complicado
-¿Eres nueva en la ciudad cierto?
-Sí, me he mudado antes de ayer.
-Tal vez podamos ser amigas –sonrió y miró hacia delante donde la profesora acababa de escribir el título de lo que haríamos hoy –si quieres, claro
-Por supuesto, no tengo amigas aquí excepto mi hermana y mi prima así que… necesito amigas –reímos y seguimos mirando lo que la profesora escribía, en esta clase presté un poco más de atención, el olor a la sangre de todos los presentes no llamaba mi atención y además necesitaba aprender un poco más de historia, era la materia que más me costaba y la que más odiaba.
El timbre sonó unas horas después, el único deber que nos habían mandado era estudiar la segunda guerra mundial así que ya tenía dos cosas por hacer, por suerte una ya la tenía casi hecha ya que este año en el otro instituto ya me habían hecho hacer una redacción sobre cómo se organizaban las computadoras así que era solo copiar y agregar algunas cositas más. Mi panza crujía de hambre, por suerte solo era una hora más y estaríamos en la hora de la comida. Fui hacia mi casillero una vez más y guardé mi cuadernola de historia. Miré mi horario y luego lo pegué en la puerta de mi loquer. Ahora me tocaba Literatura, mi materia favorita por muchas cosas.
Entré a la clase de literatura e hice lo que hice en todas las clases anteriores. Entregué el boletín de asistencia, la profesora lo firmó, me presentó, mucha tensión con mi apellido y me dijo donde sentarme. Por suerte no había nadie en ese asiento, solo espero que no sea que llegaba tarde. La profesora se puso a hablar de lo que debíamos hacer y tocaron la puerta. Rogué porque no sea mi compañero/a de asiento pero no me funcionó mucho –tal vez nada –ya que alguien se sentó al lado de mí. No miré quien era, y por algún motivo no me interesaba saberlo. Seguí mirando la clase y empecé a sentir una mirada sobre mí. Me di vuelta y miré a quien estaba mirándome, era él, era Justin, él era mi compañero de escritorio en literatura.
-Hola –sonrió pero yo no respondí, solo me limité a mirar de nuevo a la profesora aunque unos minutos después me arrepentí de no haberlo saludado y lo saludé pero es que algo hacia que lo odiara y no tenía mucha idea de lo que era. Tal vez era que me hacía querer que extrajera su sangre y por mi cuenta no pensaba tocarlo ni a él ni a ninguna otra persona. La única sangre que bebería sería de animales y eso si no podía evitarlo.
-El trabajo de hoy es hacer con su compañero de banco –ya no me gustaba esta tarea –una redacción de una criatura mítica, ya sean ángeles, vampiros, hombres lobo, sirenas, duendes o cualquier otro que hayamos mencionado hoy en clase. -¿habíamos mencionado a los vampiros? ¿Cuándo que no me di cuenta? Tal vez fue en el momento en el que Justin me saludó pero… no pudieron hablar tan poco de los vampiros.
-¿Y cómo les fue hoy? –preguntó Josephine cuando ya estábamos todos en la mesa con nuestras bandejas con comida. Yo había llenado mi bandeja, tenía una hamburguesa con mayonesa y quetchup, unas papas fritas y un agua gasificada para acompañar y de postre había elegido un helado de vainilla y chocolate que vi a una chica comprar.
-Bien –contestaron Harry y Gemma a la vez –Ya saben, lo mismo de siempre, aburrimiento –siguió Gemma aunque pareciera una chica que le gustaba estudiar –ya que siempre tenía todo al día –Gemma era todo lo contrario, el estudio era lo peor que podían hacerle.
-¿Y a ti Allison? –preguntó Josephine ahora mirándome con cara de interrogante, suspiré antes de contestar
-Bueno… sin contar que Bieber está en dos de mis clases hasta ahora… pues bien
-¿En qué clase además de Informática? –preguntó Erick arrugando la frente
-En literatura –contesté seca y Harry soltó una carcajada que fue tratando de tragarse cuando lo miré con cara de pocos amigos.
-Lo siento –apretó los labios para no reírse y lo único que logró fue hacer una mueca –es que es tu clase favorita
-ERA –aclaré levantando la voz –era hasta que alguien llegó para hacerme la vida imposible –miré hacia la mesa donde estaba Justin con sus amigos, incluida Caitlin, mi nueva amiga –Y para lo peor –hice una pausa y me di vuelta para mirar a mis hermanos y a mis primos –tengo que hacer un trabajo de literatura con él
-¿Y de qué es? –preguntó Jose
-Sobre criaturas míticas
-¿Nos incluyen? –bromeo Erick y Gemma casi escupe el jugo de calabaza que estaba tomando
-Sí, nos incluyen –dije aún seca y fría como la nieve que caía fuera –Por cierto –dije recordando la clase de historia y lo que había dicho Caitlin –Esta nevando –dije aflojando un  poco mi voz y haciendo que se pareciera mucho más a la normal
-Es cierto –dijeron Jose y Gemma
-Cae Snow –dijo Harry y todos reímos por la manera en la que dijo “Snow” (nieve) ya que hizo un tono muy grave que hizo que ni siquiera pareciera su voz.
-Allis ¿Qué te parecen unos ojos verdes para el resto del día? –propuso Jose cuando fuimos a dejar la bandeja en el tacho donde se dejaban
-Claro, mientras no llamen más la atención de los presentes –miré a todo el mundo e hice un gesto con la mano –cada vez que decían Donson en la lista o para presentarme todos me miraban y el clima que se apoderaba de la clase no servía de mucha ayuda a mis nervios –aclaré y Josephine soltó una leve carcajada
-Es normal a mí siempre me pasa y a Erick también, es parte de lo que causamos en el instituto
-Es miedo –insistí -¿Por qué nos tienen miedo?
-Ya te hemos explicado –me dijo Josephine
-Sí lo sé, es que no lo comprendo. En mi colegio anterior todos nos ignorábamos a todos y estábamos en grupos siempre, tal vez sea por eso que no entiendo.
-Sí, puede ser eso. –Asintió Jose –Ahora ¿Qué te parecen los ojos verdes?
-¿Qué tan verdes? –pregunté sonriendo de lado
-Como… ¿estos? –Miré los ojos de Josephine que ahora eran verdes oscuros pero se notaban destellantes.
-Me encantan –sonreí e hice que mis ojos sean del mismo color que los de Jose.
Cuando tocó el timbre de salida me dirigí hacia los cambiadores, a última hora nos tocaba gimnasia y tuve que pedirle a Josephine que me prestara su uniforme que era un short rojo con un buzo blanco que decía “Eagles” (águilas) en rojo y en la espalda decía Josephine pero obviamente el mío diría Allison. Cuando me terminé de cambiar guardé el uniforme de Josephine en la mochila y me fui hacia la salida de atrás para poder entregarle el boletín de asistencia firmado a la Anabell la señora que nos había dado los boletines de asistencia y los horarios.
-¿Cómo ha sido tu primer día cariño? –preguntó la señora siendo muy amable, era realmente una persona muy cariñosa y se notaba en la cara y en la forma de ser
-Muy bien –mentí pero sonreí para que no quedara como una mentira
-Me alegro mucho. Espero que siga siendo así –sonrió dejándome ver sus perfectos dientes blancos, para su edad era bastante raro que fueran perfectamente blancos, generalmente ya a los veinte todos tenemos los dientes amarillentos no digo que sea imposible pero… es raro. –Muy bien –dijo chequeando el boletín de asistencia –ya puedes marcharte a casa, buen viaje.
-Muchas gracias –sonreí, giré sobre mis talones y caminé hacia la puerta, antes de que pudiera abrirla alguien lo hizo entonces un chico castaño claro casi rubio diría yo entró por la puerta haciendo que me estremeciera al máximo, no sabía quién era pero era muy… ¿lindo?

-Lo siento –me miró y sus ojos se encontraron con los míos, no me había dado cuenta hasta ahora que casi me resbale cuando él abrió la puerta.


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Creo que ya les pedi perdon en el post anterior pero ¡PERDONENME! las amo

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Perdón!!



Chicas perdonenme por no subirles capítulos de la nove, es que eh estado muy distraída en estos días. No podré subirles muy seguido pero trataré de siempre subirles al menos dos veces por semana (mínimo) si puedo les subiré todos los días. Las recompenzaré con dos capítulos de la novela o quiza tres........ demoré mucho así que tres. Las amo♥ y no olviden pasarse por mi otro blog: http://allisreflectiion.blogspot.com/ y mi facebook: https://www.facebook.com/AllisBieberSwaggy
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Allis :3

sábado, 13 de abril de 2013

Capítulo 12: ¿Tú?



Salimos corriendo –como vampiro –y nos encaminamos hacia el bosque que había frente a casa
-¿No comiste hace unos días? –preguntó papá
-Sí pero no sé qué me pasó hoy y quiero evitarlo
-Ok, solo preguntaba
Mientras papá cazaba un alce yo cacé el tigre que se les tiraba a los dos en sima con el mismo propósito que yo: la cena.
-¿Y bien? ¿Estaba rico el pequeño? –me burlé de papá mientras salíamos del bosque que en la noche parecía bastante tenebroso ya que era muy oscuro.
-Ja-ja más bien como estuvo tu monstruo –me abrasó por la cintura y yo le pasé mi brazo por su espalda
-Riquísimo –dije lamiéndome el labio superior y papá rio, a veces no era un padre sino que era como un hermano más. Por eso me gustaba mi familia, además de ser muy unidos somos todos unos inmaduros. Sí, incluyéndome.
Llegamos a casa en cuestión de segundos. Estaba todo apagado y nosotros no nos molestamos en encender nada. Nos despedimos en el pasillo en el que estaban los cuartos y cada uno se fue al suyo. El mío quedaba a dos cuartos enfrente de la escalera a la derecha así que no tardé tanto en llegar pero el de papá y mamá era al final del pasillo a la izquierda así que tardó más. Más menos porque seguía corriendo como vampiro así que relativamente llego antes que yo a la puerta.
-Hay –suspiré –estoy muerta –me tiré en la cama sin cambiarme ni nada y quedé dormida. ¿Sueño fácil? No, es que estaba muy cansada. Había sido un día agotador.
 Martes 4 de diciembre 07:30 AM
Bep-bep-bep-bep
Golpee el despertador digital que tenía en mi mesita de luz y molesta me fui hacia la ducha, tendría que ducharme, ayer me había dormido antes de bañarme y me sentía sucia y pegajosa. Antes de meterme a la ducha me miré al espejo, mi pelo era un asco y tenía ojeras. Además cayendo –no literalmente –de mi boca había sangre seca y tendría que sacármela sin que doliera aunque dudo mucho que algo me duela siendo vampiro. O tal vez lo de que “nada le duele a los vampiros” sea otro mito como lo de dormir, comer, salir al sol etc.
Me metí a la ducha y rápidamente me bañé, me refregué la sangre cuanto pude para sacármela y no sentí nada de dolor así que no estaba muy segura de habérmela sacado. Cuando salí y me abroché la salida de baño me miré al espejo. La sangre ya no estaba pero las ojeras seguían allí. ¿Qué haría con ellas? Entonces se me ocurrió probar si podía sacármelas con mi poder. Me imagine tal y como era sin ojeras y pensé en estar así. Cerré los ojos para que funcionara mejor y cuando los abrí para fijarme en mi espejo si ya estaba como antes me di cuenta de que amaba este poder. Ya no tenía esas horribles ojeras. Me coloqué mi ropa interior y fui con la toalla enroscada en mi cuerpo como un vestido hasta mi cuarto. Abrí mi armario y busqué algo para ponerme, hoy sería mi primer día de clases en Stratford. ¿No es genial? Últimos meses y yo recién empiezo, solo espero que estén dando lo mismo que en Londres. Encontré un jean negro y una blusa del mismo color, una chaqueta blanca que tenía en las perchas y unos tacones botines del mismo color. Me vestí y me miré en el espejo completo que tenía al lado de mi ropero. Me faltaba algo, mi cuello estaba muy… ¿descubierto? No, me faltaba un collar. Busqué en los cajones de mi mesita de luz a ver dónde había dejado mi joyero donde tenía los collares pero no lo encontré en mi mesita así que me fui hacia mi escritorio. Abrí todos los cajones y empecé a buscar. No encontré nada. Me apoye arriba del escritorio y algo lastimó mi mano, la levanté y miré lo que había debajo de esta. Era un collar de corazón con alas. -No recuerdo haberme nunca puesto este collar – pensé. Me lo coloqué y solo faltaba peinarme. Me hice un moño con algunos mechones sueltos y estaba pronta (http://www.polyvore.com/smile/set?id=68162629). Me miré por última vez al espejo y bajé dando saltitos las escaleras. Estaba de buen humor, y eso que era de mañana.
-Buenos días –saludaron Josephine y Gemma
-Buenos días –respondí sonriéndoles
-¿Alguien está de buenas? –preguntó Erick sonriendo
-Sip
-Buenos días hermanita –me abrasó por la espalda Harry
-Buenos días principelo –principelo –reí –siempre se lo decía porque para él su pelo y sus rulos eran lo más importante de su aspecto. Aunque para mi hasta despeinado se veía bien.
-¿Vas a desayunar? –preguntó Gem
-Si
-Compramos Coffe Starbucks –dijo Erick, parece que no soy la única que está feliz
-¡Genial!
-Están en la cocina –dijo luego
-Ok. –fui caminando hacia la cocina pero al pasar por al lado de Eri le dije –parece que no soy la única que esta de buenas hoy ¿no? –y él sonrió
En sima del mostrador estaban los coffe Starbucks, solo quedaba uno sin abrir así que lo tomé y me fui hacia el living donde estaban todos sentados en los sillones mirando la tele. Me senté al lado de Erick en el sillón grande y abrí mi Coffe Starbucks.
-¿Esta rico? –preguntó sonriendo Eri
-Sí, ¿ya acabaste el tuyo? –pregunté mirando el vaso que tenía en la mano derecha
-Sí
-¿Estaba rico?
-Sí –rio -¿por qué estás tan contenta?
-Mmm… no lo sé ¿y tú? ¿Por qué tan contento?
-Porque voy a tener novia para el final del día
-¿A si?
-Sí
-Y… ¿cómo sabes que te va a decir que si?
-Porque soy Erick Donson
-¿Y?
-Los Donson tenemos nuestra… popularidad en el colegio
-¿Popularidad? –esto ya empezaba a disgustarme un poco, yo no era de ese tipo de chicas que era popular en la escuela ni mucho menos. Es más, en mi escuela era como… ¿invisible? Sí, esa es la palabra, invisible entre miles de personas.
-Sí, es como… somos como… -no sabía cómo explicarse y se cortaba cada tres segundos
-Nos tienen miedo –dijo Josephine –nos respetan demasiado diría yo –hizo una mueca
-¿Por qué les temen? –preguntó Harry que acababa de llegar de tirar su vaso de Starbucks
-Hablamos solos los dos todo el tiempo y creo que eso crea cierto clima de tensión en el ambiente –contestó el rubio
-Pero creo que es mejor así, -completó la morocha –por lo menos nadie sale lastimado por error.
-Es mejor mantenernos alejados –insistió Erick
-¿Tendremos que andar todos juntos siempre? –preguntó Gemma
-Siempre no, puedes tener amigos pero no es conveniente –respondió Josephine
-Ok, me gusta la regla, al menos no lastimaré a nadie –sonreí, hoy estaba de buen humor y no dejaría que nada lo arruinara
-Bueno tenemos que irnos –avisó Jose mirando el reloj de su celular. Era un BlackBerry blanco, como casi todas sus cosas.
Tomamos nuestras cosas y Gemma y Erick buscaron sus llaves, no entrabamos todos en el de Gemma y tampoco entrabamos todos en el de Erick así que nos tocaba llevar dos autos. Nos dividimos por hombres y mujeres, Harry y Erick fueron en el Ferrari rojo de Erick y Gemma, Josephine y yo en el convertible rojo de Gemma. Cuando entré al auto me puse mis auriculares blancos y puse la primera canción que salió en el reproductor de mi celular. Daiamond de Rihanna. Iba contra la ventana mirando el camino. El instituto no era muy cerca de casa que digamos ya que vivíamos casi fuera de la ciudad, por donde había más bosque que ciudad y el instituto estaba casi en el medio de la ciudad. Pero de todas maneras no demoramos mucho ya que como ya es sabido: en mi familia todos conducen como unos locos. Incluyéndome.
Cuando estábamos por llegar Josephine nos explicó a mi hermana y a mí lo que debíamos hacer al llegar.
-Bueno, ya saben lo que tienen que hacer –dijo cuando llegamos –suerte. –nos sonrió y se fue con Erick abrasados por la cintura para entrar al colegio. Ahora me preguntaba si las personas de aquí pensarán que Jose y Eri son novios ya que parecen por la manera en la que se tratan pero los entiendo porque de la misma manera que ellos son yo soy con mi hermano así que yo no puedo decir nada, igual que Gemma y Harry somos todos así.
Fuimos hacia donde nos había dicho Josephine que era la oficina donde tendríamos que pedir nuestros horarios, Harry ya se encontraba allí y cuando llegamos él salía
-Oye, espéranos –dijimos las dos al unísono cuando Harry tocó el manillar de la puerta
-Ok –respondió este y se sentó en las sillas que había al lado de la puerta
-Buenos días señoritas –saludó una señora de unos 40 años que acababa de salir de debajo del mostrador. –Ustedes deben ser las señoritas Gemma y Allison Donson ¿no es así?
-Sí –respondimos las dos
-Soy la señora Anabel Mcwayer pueden llamarme Ana
-Mucho gusto Ana –saludamos las dos de nuevo
-Aquí tienen sus horarios –nos extendió dos papeles impresos en letras negras y como marca de agua había un agila con las alas extendidas. –Bienvenidas a Mount Eagles que tengan un muy buen día –nos sonrió – ¡Oh! Casi lo olvidaba, cuando entren a cada clase tienen que pedirle su firma al profesor y luego al final del día tienen que traerme este papel –nos entregó otro papel impreso con una cuadricula de cada materia que teníamos en el día de hoy y otro espacio para que el maestro ponga su firma.
-Ok –respondimos y nos fuimos con Harry hacia la entrada del colegio, entraríamos por la entrada de atrás porque no íbamos a dar toda la vuelta para poder entrar. Había muchos chicos en la entrada así que era prácticamente imposible perdernos. Cuando llegamos al pasillo donde estaban todos corriendo hacia sus casilleros los tres como instinto miramos nuestros horarios, en una esquina estaba el número de casillero y la clave que tendríamos que poner para poder abrirlo. Me dirigí hacia mi loquer (casillero) y lo abrí con la clave que decía el papel dos vueltas a la derecha, una a la izquierda y una más a la derecha y el loquer se abrió de golpe, no se abrió mucho pero si se abrió un poquito. Guardé algunas cosas que tenía en mi mochila que no me servirían para la clase de informática que tendría ahora. Cerré mi casillero con un golpe suave y me dirigí hacia el salón 18 donde sería mi clase de informática. Llegué un poco tarde ya que el profesor ya estaba adentró por lo que toqué la puerta y no pasé hasta que sentí un “pase” detrás de esta. Abrí la puerta lentamente y sentí como todas las miradas se pasaban desde el profesor hacia mí lo que me ponía un poquito nerviosa pero no dejé que se notara haciendo mi mejor cara de nada. Y me acerqué hacia el profesor, le extendí el papel donde debería firmar y así lo hizo, luego dijo
-Bienvenida señorita…
-Allison Donson –todos hicieron un “Ohh” de asombro cuando pronuncié mi nombre ya que estábamos en el medio del pizarrón y todos estaban mirándome a mí.
-Bienvenida señorita Donson, puede tomar asiento con el señor Bieber –ese apellido me pegó fuerte, de algún lado lo conocía
-Mmm…
-¡Oh! Claro, señor Bieber haría el favor de levantar la mano –un chico que estaba en la computadora número 7 –tenían un número arriba –levantó la mano casi que por la fuerza, él era el único que estaba mirando su computadora y no a mí. Me dirigí hacia él y me senté en la silla que había a su lado.
-Bueno, como decía, la organización que la computadora cumple es… -el profesor siguió hablando pero yo no le presté mucha atención, esto ya lo había dado. Y ahí fue cuando sentí ese aroma tan rico por segunda vez en mi vida. El chico que estaba sentado al lado de mí sin prestar atención a lo que el profesor decía se dio vuelta y ahí pude comprobar que si era quien yo pensaba que era.
-¿Tú? –dijimos al unísono
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Perdonen por demorar tanto =| las amo♥