domingo, 3 de marzo de 2013

Capítulo 11: Jazzy y Jaxon Bieber



Ya eran como las 5:00 PM ya nos habíamos conocido todos, resultó que el abuelo sí era Charlie Donson el de los siete poderes y mi hermano y yo habíamos salido como él pero no teníamos los siete sino que los compartíamos pero yo tenía cinco y mi hermano otros dos pero no eran los mismos poderes que los del abuelo, bueno, al menos no todos. Así que tendría que más adelante cargar con un poder más y nadie sabía cuál sería. Conocí a la hija de los tíos Jesica y Raul que se llama Sabrina y es una muñequita. Tiene 6 años y es una niña bastante inteligente para su edad. Es rubia igual que su madre y tiene los ojos verdes. Era realmente adorable. También conocimos a los padres de Jose y Erick de quienes nos habíamos hecho muy amigos por cierto. Sus padres se llaman Nora y Saimon, Nora es igual que su hija lo único que es colorada y Saimon es igual que su hijo sin ninguna excepción que tal vez la edad. Ninguno –al igual que papá –aparentaba más de 20 o 21 años. Mamá a pesar de ser humana tampoco aparentaba más de 20 y no sé cómo hacía.
-¿Alli me acompañas a buscar a Sabris a la casa de una amiga? –preguntó la morocha que había insistido que la llamara Jose
-Claro Jose –estaba sola en mi cuarto que por cierto era hermoso (https://www.facebook.com/photo.php?fbid=517452898286992&set=a.517452734953675.117491.444275912271358&type=3&theater) cuando Jose abrió la puerta y ya que no tenía más nada que hacer me fui con ella.
-¿Dónde queda su casa?
-En la ciudad, es un barrio privado
-Ah ok
Fuimos en el auto rojo de la morocha a buscar a Sabris, no tardamos mucho pues conducía bastante rápido pero era lo que más me gustaba de mi familia ¿conducir despacio? No existe.
-Llegamos –dijo cuándo aparcó el auto en la vereda de una casa enorme. La casa era blanca y con unos enormes ventanales en vez de ventanas. Los ventanales desde donde estábamos nosotras se veían celestes y hacían que la casa fuera mucho más bonita aún. Caminamos por el caminito en  piedra rodeado de flores que conducía a la casa de la amiga de Sabrina. Jose que iba delante mío para no pisar las flores llamó a la puerta y enseguida nos abrió una pequeña de no más de seis años. Humana por cierto.
-¡Jose! –gritó la pequeña y se colgó de su cuello abrasándola, Jose le correspondió el abraso
-Hola Jazzy ¿y Sabris?
-¿Ya tienes que llevártela? –hizo pucheros y una vocecita triste
-Supongo que puedo esperarla un poquitito más
-¡Genial pasen! –Dijo la pequeña dejándonos pasar –Papi vino Josephine –avisó la pequeña
-¿Cómo te llamas? –me preguntó
-Allison ¿Y tú cómo te llamas hermosa? –le sonreí
-Jazmyn pero me dicen Jazzy, ¿eres amiga de Josephine?
-No, soy su prima
-¿También eres prima de Sabris?
-Sí –esta pequeña se me hacía muy tierna, es un amor
-¡Alli! –gritó Sabri al bajar las escaleras y verme en la sala
-Hola princesa –la levante a upa
-¿Ya tenemos que irnos? –hizo pucheros igual que su amiga y paseó su mirada de mi a Jose repetidas veces
-Puedes quedarte un ratito más –dijo Jose compasiva –pero poquito –se apresuró a decir antes de que Sabris saltara de mis brazos y fuera corriendo a jugar con Jazzy
De la nada salió un hombre con un bebé en brazos, tal vez tendría un año pero no más. El bebé era rubio y con los ojos miel, literalmente un mini galán.
-Hola Jose –saludó a mi prima su… ¿padre?
-Hola Jeremy, ella es mi prima Allison
-Mucho gusto Allison soy Jeremy el padre de Jazzy –me sonrió
-Encantada –le devolví la sonrisa, era muy simpático
-Hola Jaxon –saludó Jose y el pequeño sacudió su mano saludándola
-Hay  olor a algo quemado –dijo Jazzy quien acababa de bajar con unas barbies en la mano y Sabris tenía otras más
-¡Oh! No –gritó Jeremy – ¿chicas podrían cargar un segundo a Jaxon?
-Claro –dijimos y Jeremy me lo entregó ya que yo estaba más cerca, Jaxon no parecía de esos bebés que no se despegan por nada a su padre, al contrario parecía un niño que le gustaba socializar por así decirlo.
-Hola precioso –lo saludé
-Hola –me dijo y yo me derretí de ternura -¿tú eres la prima de Sabri?
-Sí, y tú eres el hermano de Jazzy ¿verdad?
-Y de Justin -¿Justin? Ese nombre lo había oído en alguna otra parte
-No conozco a Justin –le dije sonriéndole y sentándome en el sillón con él en mis piernas
-Es grande como tú, y lindo como yo –y por lo último reí a carcajadas, tenía razón en decir que era lindo pero nunca había escuchado que un niño de un añito digiera que es lindo
-¿Es tan hermoso como tú? Wow yo pensé que no había otro más lindo que tu
-No es más lindo –renegó –es lindo como yo no más
-Ah entonces debe ser lindo porque tú eres muy lindo ¿lo sabías?
-Sí, yo le robo las novias
-¿Le robas las novias? –reí
-Sí, ellas me quieren más a mí
-Y ya veo por qué –reí y enseguida llegó Jeremy con un delantal y un guante de esos de cocina en la mano.
-Bueno, creo que no tendremos la torta
-¿Se quemó mucho papi? –preguntó Jazzy
-Emm… si, quedó un poquito negra –todos reímos
-Si quieres la hacemos nosotras –dijo Josephine quien me miró alentándome. No era que sea una fanática de la cocina pero me gustaba cocinar tortas y todo ese tipo de cosas
-No se molesten Jose
-No, no es molestia –dije yo
-Se los agradecería mucho –dijo Jeremy y se puso la mano con el guante en la cara, cuando la bajó, arrastrándola por su cara le quedó en el camino de la mano una mancha negra como de carbón
-¿Un poquito o simplemente quedó carbonizada? –pregunté arqueando las cejas
-Carbonizada –respondió Jeremy riendo y mirando su manopla
-Bueno, dinos donde tienes las cosas y la aremos en  unos minutos –dijo Jose
-Ok, gracias chicas las amo. No saben de lo que me salvan
-¿Tan hambriento viene Bieber? –preguntó Jose
-¡Uf! Ni saben
-¿Quién es Bieber? –le susurré a Jose de camino a la cocina
-El hijo mayor de Jeremy –me susurró a su vez ella
-Ah
-Aquí tienen la receta y los ingredientes están aquí –señaló un rincón de la mesada donde habían huevos, harina, levadura etc. –Y aquí tienen –nos entregó unos delantales –sus delantales. Gracias enserio, no sé cómo agradecerles.
-No se preocupe. Más bien cuide que esos tres no hagan algo que podamos lamentar –dije cuando se escuchó un ruido de algo roto
-Sí, creo que mejor las dejo –y se fue corriendo hacia el living donde se encontraban los tres niños jugando
-Bien, primero…
Hicimos la masa y mientras la poníamos en una tortera para llevarla al horno entró en la cocina un chico rubio. Traía unos pantalones ajustados y negros con unas supras azules igual que su buzo de manga corta. También traía una gorra negra de NY. Estaba de espaldas así que no podía verle el rostro aunque estaba casi segura de que traía puestos unos lentes negros.
-Hola Justin –saludó Josephine y el chico volteo y sospecha correcta una vez más. Traía unos lentes negros tipo Ray-Ban.
-Hola Josephine y ella es…
-Hola, soy Allison –me presenté y estiré mi mano hacia él
-Mucho gusto Allison –parecía un chico muy educado aunque parecía que era un poco… ¿Cómo decirlo? ¿Alocado?
-El gusto es mío, así que eres el chico al que su hermano le roba las novias –reí
-Emm… sí bueno, Jaxon tiene su… carisma
-¿O su ternura?
-Las dos cosas –reímos los tres, por un momento me había olvidado de que Josephine estaba con nosotros ¿Qué era esto?
-Bueno me voy –dio la vuelta sobre sus talones y sentí que un cosquilleo llegaba por mi garganta y ahora empezaba a arder en fuego. No podía ser, había comido hace… ¿dos días? No, más. No me acordaba de cuánto tiempo pero no puede haberme dado hambre ahora, era un peligro. Josephine se percató de lo que sucedía y me dio vuelta haciendo que mirara hacia la torta que acababa de sacar del horno y así su olor tapara el de la sangre de Justin pero no era solo eso lo que me incitaba a matarlo. No era solo el olor de su sangre lo que me atraía de él. Era su perfume, tenía algo que… no sé, simplemente me volvía loca. Al fin Justin salió de la habitación pero yo sentí la necesidad de seguirlo así que Josephine me atrajo hacia ella.
-Ayúdame –solté una lagrima
-¿Huele rico? –preguntó Josephine
-Muy
­-Pues huele la torta porque no sé cómo controlar esto
-Gracias, me ayudas muchísimo –le dije apretando los dientes para no salir corriendo de aquí directo hacia Justin
-De nada
-¡Oye! Eso hago yo siempre que me dicen Gracias sarcásticamente.
-Parece que no solo la sangre tenemos iguales
-Sangre congelada querrás decir
-Sí pero es sangre al fin ¿no?
-Sí, tienes razón
-¿Ya lo superaste? ¿Podemos llevarles nuestra ricura a los chicos?
-Claro –dije sonriendo, ya había pasado todo.
¿Hoy un mal día? No, no fue un mal día, fue un día pesado por un momento pero no fue un mal día. Podría haber sido peor. Le llevamos la torta –ya cortada –a Jeremy a quien le encantó y nos quiso dar en una bandejita pero le dijimos que no. ¿Para qué? No éramos muchos los que comíamos comida en casa. El abuelo por ejemplo no comía mucha comida. La abuela Samantha no era tampoco de comer mucha comida. Y los tíos tampoco. Además la habíamos hecho para ellos no para nosotros. Cuando nos llevamos a Sabri le tuve que prometer a Jazzy que la traería mañana ya que Josephine no podría.  Así que esta noche tenía que comer muy bien si no quería otro incidente con Bieber.
-¿Y cómo les fue? –preguntó el abuelo
-Bien –dijo Jose
-Maso menos –contesté yo
-¿Maso menos por qué? –preguntó la abuela
-Porque casi mato a alguien
-¿Cómo?
-Justin –dijo Josephine y yo quedé mirándola con cara extrañada
-¡Oh! Justin –dijo el abuelo
-¿Qué hay con él? –pregunté
-Verás, es que yo cuando lo conocí también quise matarlo pero si no fuera por mi hermano ya estaría muerto. En cambio tú te controlaste sola.
-No es verdad, si no me hubieras girado en ese momento yo…
-No habrías hecho nada, no tapó por completo tu olfato el olor a la torta
-Si pero…
-Lo hiciste tú, ese debe ser tu otro poder. Poder controlarte
-Eso no es un poder –dijo papá que acababa de entrar de la cocina –eso es practica pero tú no tienes nada de ella –me miró
-Amm… ya lo dije, si no fuera por Joseph…
-Sí, sí, mejor cambiemos de tema porque voy a matarte primita –rio
-¿Demasiado terca? –preguntó Erick que bajaba las escaleras
-Sí –respondió la morocha
-¿Incluso más que yo? –preguntó esperanzado el rubio
-Ni lo sueñes –respondió la morocha
Cuando ya eran las diez de la noche le pedí a papá que me acompañara a cazar algo ya que mañana tendría que llevar a Sabris de nuevo a casa de los Bieber y no quería que pasara de nuevo algo como lo de hoy.

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Chicas muchas gracias por leer. 
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