sábado, 13 de abril de 2013

Capítulo 12: ¿Tú?



Salimos corriendo –como vampiro –y nos encaminamos hacia el bosque que había frente a casa
-¿No comiste hace unos días? –preguntó papá
-Sí pero no sé qué me pasó hoy y quiero evitarlo
-Ok, solo preguntaba
Mientras papá cazaba un alce yo cacé el tigre que se les tiraba a los dos en sima con el mismo propósito que yo: la cena.
-¿Y bien? ¿Estaba rico el pequeño? –me burlé de papá mientras salíamos del bosque que en la noche parecía bastante tenebroso ya que era muy oscuro.
-Ja-ja más bien como estuvo tu monstruo –me abrasó por la cintura y yo le pasé mi brazo por su espalda
-Riquísimo –dije lamiéndome el labio superior y papá rio, a veces no era un padre sino que era como un hermano más. Por eso me gustaba mi familia, además de ser muy unidos somos todos unos inmaduros. Sí, incluyéndome.
Llegamos a casa en cuestión de segundos. Estaba todo apagado y nosotros no nos molestamos en encender nada. Nos despedimos en el pasillo en el que estaban los cuartos y cada uno se fue al suyo. El mío quedaba a dos cuartos enfrente de la escalera a la derecha así que no tardé tanto en llegar pero el de papá y mamá era al final del pasillo a la izquierda así que tardó más. Más menos porque seguía corriendo como vampiro así que relativamente llego antes que yo a la puerta.
-Hay –suspiré –estoy muerta –me tiré en la cama sin cambiarme ni nada y quedé dormida. ¿Sueño fácil? No, es que estaba muy cansada. Había sido un día agotador.
 Martes 4 de diciembre 07:30 AM
Bep-bep-bep-bep
Golpee el despertador digital que tenía en mi mesita de luz y molesta me fui hacia la ducha, tendría que ducharme, ayer me había dormido antes de bañarme y me sentía sucia y pegajosa. Antes de meterme a la ducha me miré al espejo, mi pelo era un asco y tenía ojeras. Además cayendo –no literalmente –de mi boca había sangre seca y tendría que sacármela sin que doliera aunque dudo mucho que algo me duela siendo vampiro. O tal vez lo de que “nada le duele a los vampiros” sea otro mito como lo de dormir, comer, salir al sol etc.
Me metí a la ducha y rápidamente me bañé, me refregué la sangre cuanto pude para sacármela y no sentí nada de dolor así que no estaba muy segura de habérmela sacado. Cuando salí y me abroché la salida de baño me miré al espejo. La sangre ya no estaba pero las ojeras seguían allí. ¿Qué haría con ellas? Entonces se me ocurrió probar si podía sacármelas con mi poder. Me imagine tal y como era sin ojeras y pensé en estar así. Cerré los ojos para que funcionara mejor y cuando los abrí para fijarme en mi espejo si ya estaba como antes me di cuenta de que amaba este poder. Ya no tenía esas horribles ojeras. Me coloqué mi ropa interior y fui con la toalla enroscada en mi cuerpo como un vestido hasta mi cuarto. Abrí mi armario y busqué algo para ponerme, hoy sería mi primer día de clases en Stratford. ¿No es genial? Últimos meses y yo recién empiezo, solo espero que estén dando lo mismo que en Londres. Encontré un jean negro y una blusa del mismo color, una chaqueta blanca que tenía en las perchas y unos tacones botines del mismo color. Me vestí y me miré en el espejo completo que tenía al lado de mi ropero. Me faltaba algo, mi cuello estaba muy… ¿descubierto? No, me faltaba un collar. Busqué en los cajones de mi mesita de luz a ver dónde había dejado mi joyero donde tenía los collares pero no lo encontré en mi mesita así que me fui hacia mi escritorio. Abrí todos los cajones y empecé a buscar. No encontré nada. Me apoye arriba del escritorio y algo lastimó mi mano, la levanté y miré lo que había debajo de esta. Era un collar de corazón con alas. -No recuerdo haberme nunca puesto este collar – pensé. Me lo coloqué y solo faltaba peinarme. Me hice un moño con algunos mechones sueltos y estaba pronta (http://www.polyvore.com/smile/set?id=68162629). Me miré por última vez al espejo y bajé dando saltitos las escaleras. Estaba de buen humor, y eso que era de mañana.
-Buenos días –saludaron Josephine y Gemma
-Buenos días –respondí sonriéndoles
-¿Alguien está de buenas? –preguntó Erick sonriendo
-Sip
-Buenos días hermanita –me abrasó por la espalda Harry
-Buenos días principelo –principelo –reí –siempre se lo decía porque para él su pelo y sus rulos eran lo más importante de su aspecto. Aunque para mi hasta despeinado se veía bien.
-¿Vas a desayunar? –preguntó Gem
-Si
-Compramos Coffe Starbucks –dijo Erick, parece que no soy la única que está feliz
-¡Genial!
-Están en la cocina –dijo luego
-Ok. –fui caminando hacia la cocina pero al pasar por al lado de Eri le dije –parece que no soy la única que esta de buenas hoy ¿no? –y él sonrió
En sima del mostrador estaban los coffe Starbucks, solo quedaba uno sin abrir así que lo tomé y me fui hacia el living donde estaban todos sentados en los sillones mirando la tele. Me senté al lado de Erick en el sillón grande y abrí mi Coffe Starbucks.
-¿Esta rico? –preguntó sonriendo Eri
-Sí, ¿ya acabaste el tuyo? –pregunté mirando el vaso que tenía en la mano derecha
-Sí
-¿Estaba rico?
-Sí –rio -¿por qué estás tan contenta?
-Mmm… no lo sé ¿y tú? ¿Por qué tan contento?
-Porque voy a tener novia para el final del día
-¿A si?
-Sí
-Y… ¿cómo sabes que te va a decir que si?
-Porque soy Erick Donson
-¿Y?
-Los Donson tenemos nuestra… popularidad en el colegio
-¿Popularidad? –esto ya empezaba a disgustarme un poco, yo no era de ese tipo de chicas que era popular en la escuela ni mucho menos. Es más, en mi escuela era como… ¿invisible? Sí, esa es la palabra, invisible entre miles de personas.
-Sí, es como… somos como… -no sabía cómo explicarse y se cortaba cada tres segundos
-Nos tienen miedo –dijo Josephine –nos respetan demasiado diría yo –hizo una mueca
-¿Por qué les temen? –preguntó Harry que acababa de llegar de tirar su vaso de Starbucks
-Hablamos solos los dos todo el tiempo y creo que eso crea cierto clima de tensión en el ambiente –contestó el rubio
-Pero creo que es mejor así, -completó la morocha –por lo menos nadie sale lastimado por error.
-Es mejor mantenernos alejados –insistió Erick
-¿Tendremos que andar todos juntos siempre? –preguntó Gemma
-Siempre no, puedes tener amigos pero no es conveniente –respondió Josephine
-Ok, me gusta la regla, al menos no lastimaré a nadie –sonreí, hoy estaba de buen humor y no dejaría que nada lo arruinara
-Bueno tenemos que irnos –avisó Jose mirando el reloj de su celular. Era un BlackBerry blanco, como casi todas sus cosas.
Tomamos nuestras cosas y Gemma y Erick buscaron sus llaves, no entrabamos todos en el de Gemma y tampoco entrabamos todos en el de Erick así que nos tocaba llevar dos autos. Nos dividimos por hombres y mujeres, Harry y Erick fueron en el Ferrari rojo de Erick y Gemma, Josephine y yo en el convertible rojo de Gemma. Cuando entré al auto me puse mis auriculares blancos y puse la primera canción que salió en el reproductor de mi celular. Daiamond de Rihanna. Iba contra la ventana mirando el camino. El instituto no era muy cerca de casa que digamos ya que vivíamos casi fuera de la ciudad, por donde había más bosque que ciudad y el instituto estaba casi en el medio de la ciudad. Pero de todas maneras no demoramos mucho ya que como ya es sabido: en mi familia todos conducen como unos locos. Incluyéndome.
Cuando estábamos por llegar Josephine nos explicó a mi hermana y a mí lo que debíamos hacer al llegar.
-Bueno, ya saben lo que tienen que hacer –dijo cuando llegamos –suerte. –nos sonrió y se fue con Erick abrasados por la cintura para entrar al colegio. Ahora me preguntaba si las personas de aquí pensarán que Jose y Eri son novios ya que parecen por la manera en la que se tratan pero los entiendo porque de la misma manera que ellos son yo soy con mi hermano así que yo no puedo decir nada, igual que Gemma y Harry somos todos así.
Fuimos hacia donde nos había dicho Josephine que era la oficina donde tendríamos que pedir nuestros horarios, Harry ya se encontraba allí y cuando llegamos él salía
-Oye, espéranos –dijimos las dos al unísono cuando Harry tocó el manillar de la puerta
-Ok –respondió este y se sentó en las sillas que había al lado de la puerta
-Buenos días señoritas –saludó una señora de unos 40 años que acababa de salir de debajo del mostrador. –Ustedes deben ser las señoritas Gemma y Allison Donson ¿no es así?
-Sí –respondimos las dos
-Soy la señora Anabel Mcwayer pueden llamarme Ana
-Mucho gusto Ana –saludamos las dos de nuevo
-Aquí tienen sus horarios –nos extendió dos papeles impresos en letras negras y como marca de agua había un agila con las alas extendidas. –Bienvenidas a Mount Eagles que tengan un muy buen día –nos sonrió – ¡Oh! Casi lo olvidaba, cuando entren a cada clase tienen que pedirle su firma al profesor y luego al final del día tienen que traerme este papel –nos entregó otro papel impreso con una cuadricula de cada materia que teníamos en el día de hoy y otro espacio para que el maestro ponga su firma.
-Ok –respondimos y nos fuimos con Harry hacia la entrada del colegio, entraríamos por la entrada de atrás porque no íbamos a dar toda la vuelta para poder entrar. Había muchos chicos en la entrada así que era prácticamente imposible perdernos. Cuando llegamos al pasillo donde estaban todos corriendo hacia sus casilleros los tres como instinto miramos nuestros horarios, en una esquina estaba el número de casillero y la clave que tendríamos que poner para poder abrirlo. Me dirigí hacia mi loquer (casillero) y lo abrí con la clave que decía el papel dos vueltas a la derecha, una a la izquierda y una más a la derecha y el loquer se abrió de golpe, no se abrió mucho pero si se abrió un poquito. Guardé algunas cosas que tenía en mi mochila que no me servirían para la clase de informática que tendría ahora. Cerré mi casillero con un golpe suave y me dirigí hacia el salón 18 donde sería mi clase de informática. Llegué un poco tarde ya que el profesor ya estaba adentró por lo que toqué la puerta y no pasé hasta que sentí un “pase” detrás de esta. Abrí la puerta lentamente y sentí como todas las miradas se pasaban desde el profesor hacia mí lo que me ponía un poquito nerviosa pero no dejé que se notara haciendo mi mejor cara de nada. Y me acerqué hacia el profesor, le extendí el papel donde debería firmar y así lo hizo, luego dijo
-Bienvenida señorita…
-Allison Donson –todos hicieron un “Ohh” de asombro cuando pronuncié mi nombre ya que estábamos en el medio del pizarrón y todos estaban mirándome a mí.
-Bienvenida señorita Donson, puede tomar asiento con el señor Bieber –ese apellido me pegó fuerte, de algún lado lo conocía
-Mmm…
-¡Oh! Claro, señor Bieber haría el favor de levantar la mano –un chico que estaba en la computadora número 7 –tenían un número arriba –levantó la mano casi que por la fuerza, él era el único que estaba mirando su computadora y no a mí. Me dirigí hacia él y me senté en la silla que había a su lado.
-Bueno, como decía, la organización que la computadora cumple es… -el profesor siguió hablando pero yo no le presté mucha atención, esto ya lo había dado. Y ahí fue cuando sentí ese aroma tan rico por segunda vez en mi vida. El chico que estaba sentado al lado de mí sin prestar atención a lo que el profesor decía se dio vuelta y ahí pude comprobar que si era quien yo pensaba que era.
-¿Tú? –dijimos al unísono
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Perdonen por demorar tanto =| las amo♥

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