jueves, 6 de junio de 2013

Capítulo 14: No son buenos los Converse en la nieve



-No… no importa –tartamudee –adiós –sonreí, me acomodé en mí y abrí más la puerta para que los dos pudiéramos pasar por esta, él se quedó afuera y se hizo a un lado para que yo pasara y así fue. Caminé directo hacia el auto de Gemma y me quedé recostada en él, me quedé mirando mis manos con los auriculares puestos hasta que Gemma llegó con las llaves y todos nos fuimos a casa. Cuando llegamos cada uno se fue a su habitación sin decir nada, cuando entré en mi habitación me tiré en la cama y me quedé ahí por unos minutos. Estaba tan cansada que me quedé dormida pero alguien entró a mi habitación y me despertó.
-¡Alli, Alli, Alli, despierta! –Escuché decir a Sabri - ¡Tienes que llevarme a la casa de Jazzy! ¡Lo prometiste! –me informó. Lo había olvidado por completo. Pensé que en este día no me encontraría más con Bieber pero creo que me equivoqué, ahora solo me quedaba rezar porque él no estuviera en su casa. Aunque era algo no inesperado que no estuviera, con este clima sería de locos salir con amigos o algo así.
-Ya voy –dije dándome vuelta y tratando de abrir los ojos, cuando los abrí vi a Sabrina donde debería estar el techo. Fue raro pero es que Sabrina estaba arrodillada en mi cama y su cabeza tapaba todo lo que podía ver.
-¿Me llevarás verdad? –preguntó e hizo que sus ojos verdes brillaran más de lo que ya brillaran
-Sí, te llevaré pero déjame ducharme y cambiarme
-¡Claro! –Sonrió y se puso a saltar – ¿Puedo escuchar música? –pregunto mirando mi reproductor de CD
-Claro, ¿te lo prendo o sabes? –entrecerré los ojos como mirándola desafiante
-Préndelo –me pidió con carita de angelito y yo fui hacia el reproductor y lo prendí, estaban dando Firework de Katy Perry y Sabris se puso a cantarla y a bailar, de verdad cantaba bien, supongo que era uno de los dones de la familia ya que la mayoría cantamos bien. Busqué la ropa que me iba a poner y me fui a duchar, Sabri se quedó cantando y bailando cada canción que pasaban en la radio, yo por mi cuenta me metí a duchar tranquilamente. Cuando salí me puse lo que había buscado, un pantalón negro ajustado, una remera del mismo color con la bandera de Inglaterra que me había comprado cuando fuimos con Dani y Elee al mall el año pasado. Como las extrañaba.  Bueno volviendo a la realidad, me puse mis Converse rojos y salí del baño. Allí todavía estaba mi prima jugando con un peluchito que yo tenía arriba de la cama. Es imposible no tener ese osito conmigo, lo tengo desde que tengo memoria y lo amo, es mi vida. Busqué en mi joyero las pulseras de Inglaterra y la de plata que decía LOVE que me había regalado Harry hace dos años. Me puse un collar que tenía unos lentes y un mostacho que amaba y por último me tomé mi chaqueta negra con la gorra afelpadita. (http://www.polyvore.com/new_england_all_star/set?id=66648972).
-Oye papá –lo llamé mientras bajaba las escaleras con Sabri de la mano
-¿Sí? –preguntó papá dándose vuelta para mirarme
-¿Me prestas tu auto para llevar a Sabrina a casa de una amiga?
-Ok pero ten cuidado, no conoces la ciudad y…
-Papá, ya sé cómo ir y venir, no voy a ir a otro lado
-Bueno, solo te decía –se excusó y me estiró la mano con las llaves, yo las tomé y me fui a agarrar la chaqueta de Sabrina que estaba colgada en el perchero. Ella llevaba puestos unos jeans claros con una blusa de manga larga rosada y unas botitas afelpadas blancas igual que su chaqueta. Traía su pelo recogido en dos colitas lo que la hacía ver más tierna de lo que ya era.
-¿Vamos? –pregunté a Sabri cuando terminé de abrocharle los botones de su chaqueta.
-Vamos –se puso la gorra y yo hice lo mismo, las dos teníamos la gorra de la campera con el borde afelpado y eso hacía que estuviéramos más calentitas aunque yo no sintiera el frío Sabrina si lo sentía, ella aún era humana. Caminamos casi corrimos hacia la cochera, cuando llegamos esta se abrió y yo le saqué la alarma al coche de papá, Sabrina entró corriendo dentro de él y yo entré en el asiento del conductor. Ya tenía licencia así que lo único que me faltaba para poder manejar era un automóvil pero siempre tenía el de Gemma, Harry o el de papá. Mamá no tenía auto, no le gusta manejar así que todos en la familia tienen menos mamá y yo. Saqué el auto del garaje y me puse a conducir hacia la casa de Justin, el camino estaba resbaladizo pero por suerte ya estábamos prevenidos, todos habían cambiado las llantas un día antes porque Harry había visto que iba a nevar –vio el futuro -. El camino me pareció más corto que ayer aún, ¿por qué cuando no quieres llegar a un lado el camino se te hace más corto? ¡Es injusto! Tardé unos segundos en salir pero Sabri me apuró, no podía hacer que Sabrina pagara por lo que yo no quería hacer. Así que me apuré y saqué a Sabrina del auto porque decía que no podía caminar. La cargué y fuimos hasta la puerta, toqué timbre y Justin salió con Jaxon en brazos, se veía tan tierno.
-Allison, que sorpresa.
-Le prometí a Jazzy que hoy traería a Sabrina –le informé y él me dedico una sonrisa, no sé por qué pero cada vez que hacia un gesto bueno me hacía odiarlo cada vez más.
-Ven, pasa –abrió más la puerta y se hizo a un lado. –Hola Sabris –saludo a mi primita con un beso
-Hola Justin –saludo Sabri con una sonrisa enorme -¿Dónde está Jazzy?
-Está en la cocina, ve con ella si quieres –le dijo sonriendo y ella se bajó de mis brazos, se sacó la campera, me la dio y salió corriendo hacia la cocina
-¡Alli! –gritó Jaxon quien acababa de despertar de los brazos de Justin, ¿informé que estaba dormido?
-Hola hermoso –sonreí y él se tiró hacia mí para que lo agarrara, Justin se acercó y me lo dio -¿Cómo estás?
-Bien ¿trajiste a Sabrina? –me preguntó parpadeando repetidas veces
-Sí –reí –esta con Jazzy
-Él es mi hermano, el que te dije que le robaba las novias –me informó señalando a Justin
-¡Jaxon! –lo retó
-Ajam, lo conozco –sonreí mirando a Justin quien seguía mirándonos con cara de “voy a matarte” –Me voy, les dejo a Sabri, cualquier cosa llamen –le informé a Justin y le entregué a Jaxon
-¡Espera! –Justin me detuvo agarrándome del brazo
-¿Qué? –pregunté
-No tengo tu número
-Cierto –cerré los ojos y luego los abrí, lo miré y sus ojos se encontraron con los míos –es… es 095548047 -tartamudeé
-Ok, listo –dijo agentándolo en su teléfono como Allison
-Adiós –dije dándome vuelta pero una vez más Justin me detuvo
-Una pregunta ¿usas lentes de contacto?
-No –dije con voz de ¿por qué me preguntas eso? Y él me miró a los ojos de nuevo y sentí como algo dentro de mí desfallecía.
-Hoy tenías los ojos marrones y ahora son… verdes
-Es… -cerré los ojos y di vuelta 90 grados mi cara –Es el cambio de clima
-Hoy en literatura estaba igual que ahora –insistió
-Sí pero se ve que demoraron en cambiar –insistí, se notó que no quedó muy conforme, tan solo espero que no investigue o tal vez podría llegar a la conclusión de lo que soy y eso me asusta bastante.
-Te acompaño hasta afuera –dijo amable y dejó a Jaxon en el sillón donde ahora se encontraba Sabri
-Claro –respondí sonriendo un poco forzadamente pero al final la sonrisa salió y no fue nada falsa. Justin se puso su chaqueta negra y salimos de la casa, recorrimos el camino que ayer estaba rodeado de flores que ahora estaba lleno de nieve hablando
-¿Cuándo haremos el trabajo para Sefin? –literatura pensé
-Amm… no lo sé, que te parece –me puse a pensar y pisé mal y me resbalé, Justin me agarró justo antes de que callera pero él terminó resbalándose también y yo caí arriba de él. –Lo siento –reí  y él rio conmigo
-¿Sabes que no son buenos los Converse en la nieve? –preguntó riendo y mirando mis Converse
-No son buenos los Converse en la nieve, anotado en mi lista de advertencias –bromee y Justin soltó una leve carcajada, aún seguíamos tirado en el piso
-Estas muy fría –dijo tocando mi mano -¿no quieres quedarte un rato más?
-No, estoy bien gracias
-¿Segura? Parece que a Jaxon le caes muy bien y si Jazzy te pidió por favor que le trajeras hoy a Sabri es que también le caíste bien
-¿Y a ti? –le pregunté
-¿A mí?
-Sí, ¿te caigo bien? –pregunté tímida
-En esta posición tengo que admitir que si –bromeo y yo me sonrojé
-¡Oh, lo siento! –me disculpé de nuevo e intenté levantarme pero fue en vano porque Justin me agarró de la mano y me resbalé de nuevo hacia él
-No era para que salieras de arriba mío –me quedé seria, Justin se iba acercando de apoco hacia mí, su mirada pasaba desde mis ojos hasta mi boca pero yo no podía permitir que me besara ¿Qué tal si eso hacía que lo mordiera? No quería lastimarlo pero lo deseaba tanto que me hacía odiarlo. Lo deseaba más que a mi vida.
-Justin –dije incomoda y tartamudeando
-¿Si? –dijo él a pocos centímetros de mi
-Estamos tirados en la nieve que por cierto esta helada –le informé
-Ah sí –dijo él y yo intenté pararme otra vez, esta vez Justin no jaló de mi mano pero aun así no la soltó –Y… ¿te quedas o no?
-Está bien –me rendí –pero solo unos minutos
-¿Pueden ser unas horas? –hizo pucheros
-Estas abusando –le informé
-Mmm… -se puso pensativo -¡Por favor! –pidió como un niño luego
-Está bien –solté una leve carcajada –pero pocas, tengo que hacer la tarea
-Ok –dijo con cara de quien ganó el mayor premio del mundo. Justin aún no soltaba mi mano pero tampoco me importaba mucho, se me hacia cómodo estar de su mano.
-Oye al final ¿Cuándo haremos el trabajo de literatura?
-Emm… ¿Qué…? –Se interrumpió –mejor vamos a dentro y te lo digo porque tal vez nos resbalemos de nuevo si lo pronunciamos afuera en la nieve –bromeo y yo me largué a reír
-¿Ya puedes decirme cuándo? –pregunté  cuando ya estábamos dentro de la casa
-Sí, ¿Qué te parece mañana?
-Iba a proponerte lo mismo, ¿Cuándo era que había que entregarlo?
-El viernes, -me recordó – tenemos bastante tiempo pero prefiero sacármelo de encima.
-Tienes razón –concordé –es mejor sacárselo antes, yo ya tengo como 5 deberes
-Buen primer día de clases –me dijo riendo
-Sí, no es mucho pero… -mascullé
-¿No es mucho? ¿Cuántos…? -no terminó su pregunta – ¿Dónde vivías antes?
-En Londres –contesté
-Con razón –miró mi remera – ¿extrañas?
-Sí, bastante
-Yo he ido unas cuantas veces a dar conciertos
-¿Conciertos? –Lo miré extrañada –no sabía que era cantante  -su cara pasó de feliz a sorprendida y a su vez en sus ojos se denotaba felicidad ¿será que le alegra que yo no supiera que era cantante?
-Sí, bueno, soy Justin Bieber ¿no te suena?
-No –contesté un poco apenada
-Bueno, supongo que no todo el mundo me conoce, pero mejor así –sonrió y otra vez me sentí desfallecer ¡¿Qué era esta sensación por Dios?!
-Espera un segundo –saque mi teléfono del bolsillo y busqué el reproductor de música, lo accioné y busqué en donde dice “artistas” el nombre Justin, me apareció Justin Timberlake y… ¿Justin Bieber?  Mi cara se transformó en cara de sorpresa en seguida ¿Cómo no me había dado cuenta antes? Él era mi ídolo antes de convertirme y olvidar muchas cosas importantes. Como a él.
-¿Qué sucede? –preguntó Justin preocupado al ver mi reacción
-Emm… es que… tengo más de 150 canciones tuyas –puse algunas –hasta en concierto –lo miré y luego miré mi celular, tenía una canción que decía “Boyfriend Acoustic Live”
-Tu no… ¿no era que no sabías de mí? –preguntó de repente Justin sin terminar su frase anterior
-Es que de verdad no sé quién eres, verás, tuve una… -tenía que inventar algo rápido –amnesia temporal y olvidé algunas cosas de mi vida y supongo que esta también –dije con voz apenada, en verdad en esto de actuar a los vampiros se les daba bien.
-Me gusta más que no lo sepas –sonrió y yo levanté la cabeza para mirarlo a los ojos pero enseguida tuve que bajarla porque Sabrina cinchaba de mi pantalón ya que era a lo único que llegaba
-¡Alli! –gritó con voz chillona entonces
-¿Qué sucede Sabri?
-Es que quiero irme, no me siento bien –una lagrima resbaló de su mejilla.
-Está bien, ¿Qué te duele?
-La panza –se quejó y detrás de ella sentí un ruido, ahí venía Jazzy agarrándose la pansa también
-¿Qué sucede Jazzy? –preguntó Justin cargándola
-Me duele la pansa, –dijo con voz de adolorida –comí mucho –Justin me miró y yo hice lo mismo
-¿Dulces? –preguntamos Justin y yo al mismo tiempo y luego reímos
-Sí –contestaron las dos pequeñas
-Jazzy sabes que no puedes comer muchos dulces –dijo Justin abrasándola más fuerte
-Sí, pero queríamos comer dulces –se excusó
-Sabri tú también lo sabes, creo haber escuchado muy bien ayer que Jesica decía que no podías comer muchos dulces –la miré seria y ella se echó a llorar en mi hombro
-Me duele –sollozaba –me duele mucho –tragó saliva –llévame a casa –lloró más y la cargué
-Está bien pero déjame ponerte la campera –le pedí yendo hacia el perchero donde estaba su campera, la mía la traía puesta aún
-¿Ya se van? –preguntó Justin haciéndose el triste
-Sí, creo que será mejor que la lleve a casa –contesté un poco preocupada
-Acuéstame en el sillón –le pidió Jazzy a Justin
-Hay Jazzy –se quejó Justin llevándola al sillón –Dime ¿qué le diré a papá cuando te vea así? –le pregunto a su hermana y esta se encogió de hombros
-Soy chiquita arréglalo tú –masculló Jazzy y yo me eché a reír, tenía razón, era chiquita pero para lo que le convenía
-Sí y no son chiquitas para comer muchos dulces ¿no?
-Así es –informó Sabri y nosotros reímos
-Ya vamos a ver que dice tu madre de esto –le hice saber a Sabrina
-No le digas ¡Por favor! –pidió casi rogando
-Está bien pero me gustaría saber cómo ocultar que estas muriendo de dolor de panza
-No lo sé, soy chiquita arréglalo tú –repitió lo que dijo Jazzy
-Chiquita sí, pero el problema es tuyo no mío –me defendí yo
-Inteligente –me alagó Justin –debí de haberle contestado eso ¿Cómo no se me ocurrió antes? –yo me encogí de hombros. Todavía estaba tratando de ponerle la campera a Sabrina pero no podía, era prácticamente imposible con una mano y menos que ella no ayudaba en nada y no quería bajarse así que no podía ponerle la campera. -¿Te ayudo? –preguntó Justin cuando me vio en mi último intento de colocarle la campera a Sabrina
-Por favor –pedí y él vino hacia mí y me estiró una mano para que le diera la campera, yo se la entregué y él le colocó la campera a mi primita que acababa de quedarse dormida en mis brazos ¿ahora como haría para llevarla sin que se hiciera algún tipo de daño en el auto? Los cinturones sirven pero no son los mejores amigos cuando estas durmiéndote.
-Sabri –trate de despertarla pero no pude, la pequeña había caído en un sueño profundo -¡genial! –mascullé
-¿Quieres que las lleve? –preguntó Justin
-No, no es necesario
-No, enserio, yo las llevo –insistió, suspiré y miré a Sabri que estaba totalmente dormida, tal vez despertarla no era la mejor idea porque le iba seguir doliendo la pancita y si dormía tal vez se le pasaba, solía funcionar conmigo.
-Está bien, no quiero despertarla pero –me apresuré a decir -¿con quién se quedan Jazzy y Jaxon?
-Papá está en su cuarto –me avisó –espérame aquí –lo vi subir las escaleras de dos en dos y luego desapareció de mi vista. Seguramente iba a llamar a su padre aunque francamente no creo que sería buena idea para Jazzy quien estaba retorciéndose en el sillón a punto de quedar dormida
-Jazzy, ¿quieres una leche o algo de eso? –le pregunté antes de que se durmiera
-No, comí suficiente por hoy –me respondió y luego callo dormida como mi prima.
-Jazzy ya… -empezó a decir Justin pero yo lo calle
-¡¡Shhh!! Recién se durmió –lo interrumpí
-Ha, ok ¿vamos?
-Vamos
Salimos y el frio hizo que Sabrina me apretara más fuerte el cuello, no podía decir que no podía respirar porque no tenía tanta fuerza, además los vampiros podemos dejar de respirar sin que nos pase nada pero Sabri había apretado bastante fuerte mi cuello y me había dolido un poco
-Va a ahorcarme un día de estos –me quejé riendo
-Mi hermana hace lo mismo –dio vuelta los ojos –Y Jaxon igual, es salir afuera y se sujetan como si fuéramos a dejarlos caer
-Sí, pero creo que es más por el frio que por otra cosa –le informé mi pensamiento
-Sí, yo pensaba lo mismo hasta que en pleno verano saqué a Jaxon afuera mientras él dormía y me apretó tanto que casi me ahorca –Justin sacó la lengua e hizo que sus ojos quedaran en blanco haciéndose el que moría y yo reí
En el viaje no hablamos casi nada, Justin nos llevó y luego de dejar a Sabrina en su cama yo fui a llevarlo a él ahora. Cuando llegué de nuevo –y esta vez definitivamente –a casa me tiré en el sofá al lado de Erick quien me miró con mala cara y luego siguió mirando su película de acción.
-¿Qué te sucede? –pregunté extrañada por la manera en la que me había mirado, yo no había hecho nada
-Nada –contestó seco y frio
-Se nota –dije sarcásticamente y callamos por algunos minutos pero yo otra vez volví a preguntar – ¿Me puedes decir qué carajo te pasa? –pregunté perdiendo la paciencia
-No me agrada Bieber –respondió seco otra vez
-Yo no tengo la culpa –le informe y me levante del sillón –y si tienes algún problema con él no te las agarres conmigo, es cosa tuya y de él no mía. –lo logró, me puso de mal humor. Si hay una cosa que no soporto es cuando las personas tienen un problema con otras y si tú haces algo con esa otra persona con la que tienen problemas se enojan contigo ¿Qué carajo tengo que ver yo con que no le agrade Justin? Como le dije sus problemas son suyos no míos. Me fui a mi cuarto y cerré la puerta de golpe, no pretendía que se golpeara pero con el mal humor que ahora tenía era casi imposible que no sucediera eso. Fui hacia mi ordenador y lo prendí, entré a mi sesión poniendo la contraseña y entré a Facebook, Twitter, Tumbrl, MSN y Skype. En Facebook tenía 20 notificaciones de mis amigas en mayoría, muchas eran publicaciones que decían “te extrañamos, conéctate” y muchas otras eran de “a tal persona le gusta tu foto” y eso. Cerré Facebook, abrí Twitter y escribí:
¿Por qué las personas se pelean y se las agarran con los otros? Es completamente inútil.
Y luego escribí otro Twitt:
¡Los extraño chicos! Espero que nos podamos ver pronto. Los amo♥
Y los etiqueté con el @___________. Luego cerré Twitter y seguí revisando mis otras cuentas. No había nadie en Skype y en MSN lo único que logré ver era que tenía 5 mensajes en la bandeja de entrada así que los fui abriendo uno a uno. El primero decía:
Allis:
Aller llegué y me enteré de que te habías mudado, no puedo creer que no me hallas avisado. Te extraño mucho amiga espero que no te hayas olvidado de mí y que vengas a visitarme de vez en cuando.
                                                                                  Con cariño: Daniell
¡Me había olvidado de decirles a las chicas que me mudaría! ¿Cómo pude olvidarme de eso? Realmente me había empezado a sentir mal, las necesitaba, la única amiga que tenía acá era Josephine y Caitlin y ni siquiera tenía el número de Caitlin y como recién nos conocíamos no le tenía la suficiente confianza como para contarle de mis problemas. No es así como yo empiezo una amistad que espero que dure, Caitlin parece una chica bastante amable y creo que fue la única que se atrevió a hablarme después de saber que era una Donson.
Miré el reloj de la computadora y marcaba las 19:30 PM ¿tanto había tardado? Decidí apagar la computadora y ponerme a hacer mi tarea, tenía bastantes deberes para hacer y creo que no serían tan rápidos aunque gracias a mi enorme vida social en este país tenía bastante tiempo para realizarlas todas y corregirlas y si quería también pasarlas en blanco aunque no haría tanto trabajo. Saqué mis cuadernolas de Historia, Geografía, Informática y Química y me puse a hacer las tareas. Para historia tenía que estudiar así que no me molesté en abrir la cuadernola, para geografía tenía que calcar un mapa de Canadá con cursos de agua, para informática una redacción de cómo se organizan las computadoras y en química tenía que hacer un pre-informe de laboratorio.
Ya eran las 10:30 PM cuando terminé de hacer mis tareas y estudiar para historia. Me había cansado bastante por hoy y necesitaba una buena comida porque mi estómago crujía y crujía sin parar. La mano me dolía de tanto escribir y la cabeza de tanto esforzarla, creo que fue demasiado estudio por hoy.
-Oye –sentí una voz que me llamaba cuando iba entrando a la cocina pero no me voltee porque sabía quién era –Allison –me llamó de nuevo el rubio –Perdón –pidió al ver que yo no iba a responderle –no quise agarrármelas contigo pero es que ese Bieber me pone de un muy mal humor, no puedo evitarlo y no quiero pelearme contigo porque hace unos dos días que nos conocemos –aclaró –y no quiero que nos peleemos –su tono era bastante sincero y me di vuelta para mirarlo, estaba apoyado en el marco de la puerta con su cabeza en su brazo izquierdo, yo por mi cuenta estaba preparándome un sándwich de lionesa y queso.
-Está bien –lo perdoné –pero no vuelvas a  meterme en tus problemas –le advertí seria y él sonrió y vino a abrasarme –No seas cargoso –me quejé riendo
-No puedo –se limitó a decir riendo
-Eres un pesado –Erick podía ser lo más irresponsable, rompe huevos, gruñón y malo que una persona podía ver si se lo proponía pero también es la persona más tierna cuando quiere.
-Ya lo sé
-Y aun así no entiendo como no tienes novia –negué con la cabeza –Dana no sabe lo que se pierde –reí
-Es cierto, no sabe lo que se pierde –creo que hice que su ego subiera del límite, solo espero que no dure jajajaja.
Después de comer mi sándwich me quede un rato con Erick viendo una película y cuando terminó a eso de las once de la noche me fui a dormir. Estaba muy cansada, me cambié y me tiré en mi cama, a los pocos minutos me había dormido.

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