-No… no importa –tartamudee –adiós –sonreí, me acomodé en mí
y abrí más la puerta para que los dos pudiéramos pasar por esta, él se quedó
afuera y se hizo a un lado para que yo pasara y así fue. Caminé directo hacia
el auto de Gemma y me quedé recostada en él, me quedé mirando mis manos con los
auriculares puestos hasta que Gemma llegó con las llaves y todos nos fuimos a
casa. Cuando llegamos cada uno se fue a su habitación sin decir nada, cuando
entré en mi habitación me tiré en la cama y me quedé ahí por unos minutos.
Estaba tan cansada que me quedé dormida pero alguien entró a mi habitación y me
despertó.
-¡Alli, Alli, Alli, despierta! –Escuché decir a Sabri -
¡Tienes que llevarme a la casa de Jazzy! ¡Lo prometiste! –me informó. Lo había
olvidado por completo. Pensé que en este día no me encontraría más con Bieber
pero creo que me equivoqué, ahora solo me quedaba rezar porque él no estuviera
en su casa. Aunque era algo no inesperado que no estuviera, con este clima
sería de locos salir con amigos o algo así.
-Ya voy –dije dándome vuelta y tratando de abrir los ojos,
cuando los abrí vi a Sabrina donde debería estar el techo. Fue raro pero es que
Sabrina estaba arrodillada en mi cama y su cabeza tapaba todo lo que podía ver.
-¿Me llevarás verdad? –preguntó e hizo que sus ojos verdes brillaran
más de lo que ya brillaran
-Sí, te llevaré pero déjame ducharme y cambiarme
-¡Claro! –Sonrió y se puso a saltar – ¿Puedo escuchar
música? –pregunto mirando mi reproductor de CD
-Claro, ¿te lo prendo o sabes? –entrecerré los ojos como
mirándola desafiante
-Préndelo –me pidió con carita de angelito y yo fui hacia el
reproductor y lo prendí, estaban dando Firework de Katy Perry y Sabris se puso
a cantarla y a bailar, de verdad cantaba bien, supongo que era uno de los dones
de la familia ya que la mayoría cantamos bien. Busqué la ropa que me iba a
poner y me fui a duchar, Sabri se quedó cantando y bailando cada canción que
pasaban en la radio, yo por mi cuenta me metí a duchar tranquilamente. Cuando
salí me puse lo que había buscado, un pantalón negro ajustado, una remera del
mismo color con la bandera de Inglaterra que me había comprado cuando fuimos
con Dani y Elee al mall el año pasado. Como las extrañaba. Bueno volviendo a la realidad, me puse mis
Converse rojos y salí del baño. Allí todavía estaba mi prima jugando con un
peluchito que yo tenía arriba de la cama. Es imposible no tener ese osito
conmigo, lo tengo desde que tengo memoria y lo amo, es mi vida. Busqué en mi
joyero las pulseras de Inglaterra y la de plata que decía LOVE que me había
regalado Harry hace dos años. Me puse un collar que tenía unos lentes y un
mostacho que amaba y por último me tomé mi chaqueta negra con la gorra
afelpadita. (http://www.polyvore.com/new_england_all_star/set?id=66648972).
-Oye papá –lo llamé mientras bajaba las escaleras con Sabri
de la mano
-¿Sí? –preguntó papá dándose vuelta para mirarme
-¿Me prestas tu auto para llevar a Sabrina a casa de una
amiga?
-Ok pero ten cuidado, no conoces la ciudad y…
-Papá, ya sé cómo ir y venir, no voy a ir a otro lado
-Bueno, solo te decía –se excusó y me estiró la mano con las
llaves, yo las tomé y me fui a agarrar la chaqueta de Sabrina que estaba
colgada en el perchero. Ella llevaba puestos unos jeans claros con una blusa de
manga larga rosada y unas botitas afelpadas blancas igual que su chaqueta.
Traía su pelo recogido en dos colitas lo que la hacía ver más tierna de lo que
ya era.
-¿Vamos? –pregunté a Sabri cuando terminé de abrocharle los
botones de su chaqueta.
-Vamos –se puso la gorra y yo hice lo mismo, las dos
teníamos la gorra de la campera con el borde afelpado y eso hacía que estuviéramos
más calentitas aunque yo no sintiera el frío Sabrina si lo sentía, ella aún era
humana. Caminamos casi corrimos hacia la cochera, cuando llegamos esta se abrió
y yo le saqué la alarma al coche de papá, Sabrina entró corriendo dentro de él
y yo entré en el asiento del conductor. Ya tenía licencia así que lo único que
me faltaba para poder manejar era un automóvil pero siempre tenía el de Gemma,
Harry o el de papá. Mamá no tenía auto, no le gusta manejar así que todos en la
familia tienen menos mamá y yo. Saqué el auto del garaje y me puse a conducir
hacia la casa de Justin, el camino estaba resbaladizo pero por suerte ya estábamos
prevenidos, todos habían cambiado las llantas un día antes porque Harry había
visto que iba a nevar –vio el futuro -. El camino me pareció más corto que ayer
aún, ¿por qué cuando no quieres llegar a un lado el camino se te hace más
corto? ¡Es injusto! Tardé unos segundos en salir pero Sabri me apuró, no podía
hacer que Sabrina pagara por lo que yo no quería hacer. Así que me apuré y
saqué a Sabrina del auto porque decía que no podía caminar. La cargué y fuimos
hasta la puerta, toqué timbre y Justin salió con Jaxon en brazos, se veía tan
tierno.
-Allison, que sorpresa.
-Le prometí a Jazzy que hoy traería a Sabrina –le informé y
él me dedico una sonrisa, no sé por qué pero cada vez que hacia un gesto bueno
me hacía odiarlo cada vez más.
-Ven, pasa –abrió más la puerta y se hizo a un lado. –Hola
Sabris –saludo a mi primita con un beso
-Hola Justin –saludo Sabri con una sonrisa enorme -¿Dónde
está Jazzy?
-Está en la cocina, ve con ella si quieres –le dijo
sonriendo y ella se bajó de mis brazos, se sacó la campera, me la dio y salió
corriendo hacia la cocina
-¡Alli! –gritó Jaxon quien acababa de despertar de los brazos
de Justin, ¿informé que estaba dormido?
-Hola hermoso –sonreí y él se tiró hacia mí para que lo
agarrara, Justin se acercó y me lo dio -¿Cómo estás?
-Bien ¿trajiste a Sabrina? –me preguntó parpadeando
repetidas veces
-Sí –reí –esta con Jazzy
-Él es mi hermano, el que te dije que le robaba las novias
–me informó señalando a Justin
-¡Jaxon! –lo retó
-Ajam, lo conozco –sonreí mirando a Justin quien seguía
mirándonos con cara de “voy a matarte” –Me voy, les dejo a Sabri, cualquier
cosa llamen –le informé a Justin y le entregué a Jaxon
-¡Espera! –Justin me detuvo agarrándome del brazo
-¿Qué? –pregunté
-No tengo tu número
-Cierto –cerré los ojos y luego los abrí, lo miré y sus ojos
se encontraron con los míos –es… es 095548047 -tartamudeé
-Ok, listo –dijo agentándolo en su teléfono como Allison
-Adiós –dije dándome vuelta pero una vez más Justin me
detuvo
-Una pregunta ¿usas lentes de contacto?
-No –dije con voz de ¿por qué me preguntas eso? Y él me miró
a los ojos de nuevo y sentí como algo dentro de mí desfallecía.
-Hoy tenías los ojos marrones y ahora son… verdes
-Es… -cerré los ojos y di vuelta 90 grados mi cara –Es el
cambio de clima
-Hoy en literatura estaba igual que ahora –insistió
-Sí pero se ve que demoraron en cambiar –insistí, se notó
que no quedó muy conforme, tan solo espero que no investigue o tal vez podría
llegar a la conclusión de lo que soy y eso me asusta bastante.
-Te acompaño hasta afuera –dijo amable y dejó a Jaxon en el
sillón donde ahora se encontraba Sabri
-Claro –respondí sonriendo un poco forzadamente pero al
final la sonrisa salió y no fue nada falsa. Justin se puso su chaqueta negra y
salimos de la casa, recorrimos el camino que ayer estaba rodeado de flores que
ahora estaba lleno de nieve hablando
-¿Cuándo haremos el trabajo para Sefin? –literatura pensé
-Amm… no lo sé, que te parece –me puse a pensar y pisé mal y
me resbalé, Justin me agarró justo antes de que callera pero él terminó
resbalándose también y yo caí arriba de él. –Lo siento –reí y él rio conmigo
-¿Sabes que no son buenos los Converse en la nieve?
–preguntó riendo y mirando mis Converse
-No son buenos los Converse en la nieve, anotado en mi lista
de advertencias –bromee y Justin soltó una leve carcajada, aún seguíamos tirado
en el piso
-Estas muy fría –dijo tocando mi mano -¿no quieres quedarte
un rato más?
-No, estoy bien gracias
-¿Segura? Parece que a Jaxon le caes muy bien y si Jazzy te
pidió por favor que le trajeras hoy a Sabri es que también le caíste bien
-¿Y a ti? –le pregunté
-¿A mí?
-Sí, ¿te caigo bien? –pregunté tímida
-En esta posición tengo que admitir que si –bromeo y yo me
sonrojé
-¡Oh, lo siento! –me disculpé de nuevo e intenté levantarme
pero fue en vano porque Justin me agarró de la mano y me resbalé de nuevo hacia
él
-No era para que salieras de arriba mío –me quedé seria,
Justin se iba acercando de apoco hacia mí, su mirada pasaba desde mis ojos
hasta mi boca pero yo no podía permitir que me besara ¿Qué tal si eso hacía que
lo mordiera? No quería lastimarlo pero lo deseaba tanto que me hacía odiarlo.
Lo deseaba más que a mi vida.
-Justin –dije incomoda y tartamudeando
-¿Si? –dijo él a pocos centímetros de mi
-Estamos tirados en la nieve que por cierto esta helada –le
informé
-Ah sí –dijo él y yo intenté pararme otra vez, esta vez
Justin no jaló de mi mano pero aun así no la soltó –Y… ¿te quedas o no?
-Está bien –me rendí –pero solo unos minutos
-¿Pueden ser unas horas? –hizo pucheros
-Estas abusando –le informé
-Mmm… -se puso pensativo -¡Por favor! –pidió como un niño
luego
-Está bien –solté una leve carcajada –pero pocas, tengo que
hacer la tarea
-Ok –dijo con cara de quien ganó el mayor premio del mundo.
Justin aún no soltaba mi mano pero tampoco me importaba mucho, se me hacia cómodo
estar de su mano.
-Oye al final ¿Cuándo haremos el trabajo de literatura?
-Emm… ¿Qué…? –Se interrumpió –mejor vamos a dentro y te lo
digo porque tal vez nos resbalemos de nuevo si lo pronunciamos afuera en la
nieve –bromeo y yo me largué a reír
-¿Ya puedes decirme cuándo? –pregunté cuando ya estábamos dentro de la casa
-Sí, ¿Qué te parece mañana?
-Iba a proponerte lo mismo, ¿Cuándo era que había que
entregarlo?
-El viernes, -me recordó – tenemos bastante tiempo pero
prefiero sacármelo de encima.
-Tienes razón –concordé –es mejor sacárselo antes, yo ya
tengo como 5 deberes
-Buen primer día de clases –me dijo riendo
-Sí, no es mucho pero… -mascullé
-¿No es mucho? ¿Cuántos…? -no terminó su pregunta – ¿Dónde vivías
antes?
-En Londres –contesté
-Con razón –miró mi remera – ¿extrañas?
-Sí, bastante
-Yo he ido unas cuantas veces a dar conciertos
-¿Conciertos? –Lo miré extrañada –no sabía que era
cantante -su cara pasó de feliz a
sorprendida y a su vez en sus ojos se denotaba felicidad ¿será que le alegra
que yo no supiera que era cantante?
-Sí, bueno, soy Justin Bieber ¿no te suena?
-No –contesté un poco apenada
-Bueno, supongo que no todo el mundo me conoce, pero mejor
así –sonrió y otra vez me sentí desfallecer ¡¿Qué era esta sensación por Dios?!
-Espera un segundo –saque mi teléfono del bolsillo y busqué
el reproductor de música, lo accioné y busqué en donde dice “artistas” el
nombre Justin, me apareció Justin Timberlake y… ¿Justin Bieber? Mi cara se transformó en cara de sorpresa en
seguida ¿Cómo no me había dado cuenta antes? Él era mi ídolo antes de
convertirme y olvidar muchas cosas importantes. Como a él.
-¿Qué sucede? –preguntó Justin preocupado al ver mi reacción
-Emm… es que… tengo más de 150 canciones tuyas –puse algunas
–hasta en concierto –lo miré y luego miré mi celular, tenía una canción que
decía “Boyfriend Acoustic Live”
-Tu no… ¿no era que no sabías de mí? –preguntó de repente
Justin sin terminar su frase anterior
-Es que de verdad no sé quién eres, verás, tuve una… -tenía
que inventar algo rápido –amnesia temporal y olvidé algunas cosas de mi vida y
supongo que esta también –dije con voz apenada, en verdad en esto de actuar a los
vampiros se les daba bien.
-Me gusta más que no lo sepas –sonrió y yo levanté la cabeza
para mirarlo a los ojos pero enseguida tuve que bajarla porque Sabrina cinchaba
de mi pantalón ya que era a lo único que llegaba
-¡Alli! –gritó con voz chillona entonces
-¿Qué sucede Sabri?
-Es que quiero irme, no me siento bien –una lagrima resbaló
de su mejilla.
-Está bien, ¿Qué te duele?
-La panza –se quejó y detrás de ella sentí un ruido, ahí
venía Jazzy agarrándose la pansa también
-¿Qué sucede Jazzy? –preguntó Justin cargándola
-Me duele la pansa, –dijo con voz de adolorida –comí mucho
–Justin me miró y yo hice lo mismo
-¿Dulces? –preguntamos Justin y yo al mismo tiempo y luego
reímos
-Sí –contestaron las dos pequeñas
-Jazzy sabes que no puedes comer muchos dulces –dijo Justin abrasándola
más fuerte
-Sí, pero queríamos comer dulces –se excusó
-Sabri tú también lo sabes, creo haber escuchado muy bien
ayer que Jesica decía que no podías comer muchos dulces –la miré seria y ella
se echó a llorar en mi hombro
-Me duele –sollozaba –me duele mucho –tragó saliva –llévame
a casa –lloró más y la cargué
-Está bien pero déjame ponerte la campera –le pedí yendo
hacia el perchero donde estaba su campera, la mía la traía puesta aún
-¿Ya se van? –preguntó Justin haciéndose el triste
-Sí, creo que será mejor que la lleve a casa –contesté un
poco preocupada
-Acuéstame en el sillón –le pidió Jazzy a Justin
-Hay Jazzy –se quejó Justin llevándola al sillón –Dime ¿qué
le diré a papá cuando te vea así? –le pregunto a su hermana y esta se encogió
de hombros
-Soy chiquita arréglalo tú –masculló Jazzy y yo me eché a
reír, tenía razón, era chiquita pero para lo que le convenía
-Sí y no son chiquitas para comer muchos dulces ¿no?
-Así es –informó Sabri y nosotros reímos
-Ya vamos a ver que dice tu madre de esto –le hice saber a
Sabrina
-No le digas ¡Por favor! –pidió casi rogando
-Está bien pero me gustaría saber cómo ocultar que estas
muriendo de dolor de panza
-No lo sé, soy chiquita arréglalo tú –repitió lo que dijo Jazzy
-Chiquita sí, pero el problema es tuyo no mío –me defendí yo
-Inteligente –me alagó Justin –debí de haberle contestado
eso ¿Cómo no se me ocurrió antes? –yo me encogí de hombros. Todavía estaba
tratando de ponerle la campera a Sabrina pero no podía, era prácticamente
imposible con una mano y menos que ella no ayudaba en nada y no quería bajarse
así que no podía ponerle la campera. -¿Te ayudo? –preguntó Justin cuando me vio
en mi último intento de colocarle la campera a Sabrina
-Por favor –pedí y él vino hacia mí y me estiró una mano
para que le diera la campera, yo se la entregué y él le colocó la campera a mi
primita que acababa de quedarse dormida en mis brazos ¿ahora como haría para
llevarla sin que se hiciera algún tipo de daño en el auto? Los cinturones
sirven pero no son los mejores amigos cuando estas durmiéndote.
-Sabri –trate de despertarla pero no pude, la pequeña había
caído en un sueño profundo -¡genial! –mascullé
-¿Quieres que las lleve? –preguntó Justin
-No, no es necesario
-No, enserio, yo las llevo –insistió, suspiré y miré a Sabri
que estaba totalmente dormida, tal vez despertarla no era la mejor idea porque
le iba seguir doliendo la pancita y si dormía tal vez se le pasaba, solía
funcionar conmigo.
-Está bien, no quiero despertarla pero –me apresuré a decir
-¿con quién se quedan Jazzy y Jaxon?
-Papá está en su cuarto –me avisó –espérame aquí –lo vi
subir las escaleras de dos en dos y luego desapareció de mi vista. Seguramente
iba a llamar a su padre aunque francamente no creo que sería buena idea para
Jazzy quien estaba retorciéndose en el sillón a punto de quedar dormida
-Jazzy, ¿quieres una leche o algo de eso? –le pregunté antes
de que se durmiera
-No, comí suficiente por hoy –me respondió y luego callo
dormida como mi prima.
-Jazzy ya… -empezó a decir Justin pero yo lo calle
-¡¡Shhh!! Recién se durmió –lo interrumpí
-Ha, ok ¿vamos?
-Vamos
Salimos y el frio hizo que Sabrina me apretara más fuerte el
cuello, no podía decir que no podía respirar porque no tenía tanta fuerza,
además los vampiros podemos dejar de respirar sin que nos pase nada pero Sabri
había apretado bastante fuerte mi cuello y me había dolido un poco
-Va a ahorcarme un día de estos –me quejé riendo
-Mi hermana hace lo mismo –dio vuelta los ojos –Y Jaxon
igual, es salir afuera y se sujetan como si fuéramos a dejarlos caer
-Sí, pero creo que es más por el frio que por otra cosa –le
informé mi pensamiento
-Sí, yo pensaba lo mismo hasta que en pleno verano saqué a
Jaxon afuera mientras él dormía y me apretó tanto que casi me ahorca –Justin
sacó la lengua e hizo que sus ojos quedaran en blanco haciéndose el que moría y
yo reí
En el viaje no hablamos casi nada, Justin nos llevó y luego
de dejar a Sabrina en su cama yo fui a llevarlo a él ahora. Cuando llegué de
nuevo –y esta vez definitivamente –a casa me tiré en el sofá al lado de Erick
quien me miró con mala cara y luego siguió mirando su película de acción.
-¿Qué te sucede? –pregunté extrañada por la manera en la que
me había mirado, yo no había hecho nada
-Nada –contestó seco y frio
-Se nota –dije sarcásticamente y callamos por algunos
minutos pero yo otra vez volví a preguntar – ¿Me puedes decir qué carajo te
pasa? –pregunté perdiendo la paciencia
-No me agrada Bieber –respondió seco otra vez
-Yo no tengo la culpa –le informe y me levante del sillón –y
si tienes algún problema con él no te las agarres conmigo, es cosa tuya y de él
no mía. –lo logró, me puso de mal humor. Si hay una cosa que no soporto es
cuando las personas tienen un problema con otras y si tú haces algo con esa
otra persona con la que tienen problemas se enojan contigo ¿Qué carajo tengo
que ver yo con que no le agrade Justin? Como le dije sus problemas son suyos no
míos. Me fui a mi cuarto y cerré la puerta de golpe, no pretendía que se
golpeara pero con el mal humor que ahora tenía era casi imposible que no
sucediera eso. Fui hacia mi ordenador y lo prendí, entré a mi sesión poniendo
la contraseña y entré a Facebook, Twitter, Tumbrl, MSN y Skype. En Facebook
tenía 20 notificaciones de mis amigas en mayoría, muchas eran publicaciones que
decían “te extrañamos, conéctate” y muchas otras eran de “a tal persona le
gusta tu foto” y eso. Cerré Facebook, abrí Twitter y escribí:
¿Por qué las personas se pelean y se las agarran con los otros? Es
completamente inútil.
Y luego escribí otro Twitt:
¡Los extraño chicos! Espero que nos podamos ver pronto. Los amo♥
Y los etiqueté con el @___________. Luego cerré Twitter y
seguí revisando mis otras cuentas. No había nadie en Skype y en MSN lo único
que logré ver era que tenía 5 mensajes en la bandeja de entrada así que los fui
abriendo uno a uno. El primero decía:
Allis:
Aller llegué y me
enteré de que te habías mudado, no puedo creer que no me hallas avisado. Te
extraño mucho amiga espero que no te hayas olvidado de mí y que vengas a visitarme
de vez en cuando.
Con
cariño: Daniell
¡Me había olvidado de decirles a las chicas que me mudaría!
¿Cómo pude olvidarme de eso? Realmente me había empezado a sentir mal, las
necesitaba, la única amiga que tenía acá era Josephine y Caitlin y ni siquiera
tenía el número de Caitlin y como recién nos conocíamos no le tenía la
suficiente confianza como para contarle de mis problemas. No es así como yo
empiezo una amistad que espero que dure, Caitlin parece una chica bastante
amable y creo que fue la única que se atrevió a hablarme después de saber que
era una Donson.
Miré el reloj de la computadora y marcaba las 19:30 PM
¿tanto había tardado? Decidí apagar la computadora y ponerme a hacer mi tarea,
tenía bastantes deberes para hacer y creo que no serían tan rápidos aunque
gracias a mi enorme vida social en este país tenía bastante tiempo para realizarlas
todas y corregirlas y si quería también pasarlas en blanco aunque no haría
tanto trabajo. Saqué mis cuadernolas de Historia, Geografía, Informática y
Química y me puse a hacer las tareas. Para historia tenía que estudiar así que
no me molesté en abrir la cuadernola, para geografía tenía que calcar un mapa
de Canadá con cursos de agua, para informática una redacción de cómo se
organizan las computadoras y en química tenía que hacer un pre-informe de
laboratorio.
Ya eran las 10:30 PM cuando terminé de hacer mis tareas y
estudiar para historia. Me había cansado bastante por hoy y necesitaba una
buena comida porque mi estómago crujía y crujía sin parar. La mano me dolía de
tanto escribir y la cabeza de tanto esforzarla, creo que fue demasiado estudio
por hoy.
-Oye –sentí una voz que me llamaba cuando iba entrando a la
cocina pero no me voltee porque sabía quién era –Allison –me llamó de nuevo el
rubio –Perdón –pidió al ver que yo no iba a responderle –no quise agarrármelas
contigo pero es que ese Bieber me pone de un muy mal humor, no puedo evitarlo y
no quiero pelearme contigo porque hace unos dos días que nos conocemos –aclaró
–y no quiero que nos peleemos –su tono era bastante sincero y me di vuelta para
mirarlo, estaba apoyado en el marco de la puerta con su cabeza en su brazo
izquierdo, yo por mi cuenta estaba preparándome un sándwich de lionesa y queso.
-Está bien –lo perdoné –pero no vuelvas a meterme en tus problemas –le advertí seria y
él sonrió y vino a abrasarme –No seas cargoso –me quejé riendo
-No puedo –se limitó a decir riendo
-Eres un pesado –Erick podía ser lo más irresponsable, rompe
huevos, gruñón y malo que una persona podía ver si se lo proponía pero también
es la persona más tierna cuando quiere.
-Ya lo sé
-Y aun así no entiendo como no tienes novia –negué con la
cabeza –Dana no sabe lo que se pierde –reí
-Es cierto, no sabe lo que se pierde –creo que hice que su
ego subiera del límite, solo espero que no dure jajajaja.
Después de comer mi sándwich me quede un rato con Erick
viendo una película y cuando terminó a eso de las once de la noche me fui a
dormir. Estaba muy cansada, me cambié y me tiré en mi cama, a los pocos minutos
me había dormido.
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